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Y dentro de diez, de quince años todo lo más, cuando deje de ser una de las ruedas importantes de la administración, ¿cuál será la perspectiva de su existencia? Será aquella vejez sin apoyo y solitaria de todo funcionario retirado, que languidece en su ociosidad y no sabe dónde plantar su tienda...

Además, ¡la vida de los bastidores!... ¡El mercado de blancas con un nombre en el cartel!... ¡Qué explotación!... El deseo de emanciparse la había arrastrado hacia su amiga la doctora, aceptando sus proposiciones. Le pareció más honorífico servir á un gran Estado, ser un funcionario secreto, laborando en la sombra por su grandeza.

Explicaos, exclamó el señor de Morel, esperando atentamente la respuesta del funcionario. Lo que pasa, señor, es que el sanguinario pirata Cabeza Negra, uno de los más crueles bandidos normandos, acompañado del genovés Tito Carleti, ha aparecido últimamente por nuestras costas, saqueando, incendiando y matando.

No como el bueno del funcionario arregló el negocio, pero el resultado fue que la Adela renunció por ante escribano a todo dominio sobre Amparo, y el padre Ambrosio la adoptó con todas las formalidades prescritas por las leyes. Todo aquello se hizo en muy pocas horas. Amparo no pasó la noche en mi casa.

El ilustre funcionario adquirió nuevamente el favor que había perdido en Palacio, y no pudiendo lograr que un Príncipe apadrinara sus felices bodas, encontró marqueses y condes que se ofrecieron con bonísimo talante a hacerlo. ¡Ejemplo admirable de las recompensas que el cielo da a la gente amaestrada en el supino arte de la vida! La boda se fijó para últimos de Setiembre.

Un alto estante repleto de papeles y libros rayados indicaba que aquel buen señor de pluma y suma ayudaba al Director, cuya mesa no distaba mucho, en la difícil administración del Establecimiento. Era el tipo del funcionario antiguo, del ya fenecido covachuelista, conservado allí cual muestra del metódico, rutinario y honradísimo personal de nuestra primitiva burocracia.

Toda la población baja, el soberano pueblo, está reunido, con motivo de la recepción del gobernador, que en ese momento pasaba en un landó, vestido de toda etiqueta, con un funcionario negro como las penas a su lado, y otro no más rubio al frente. ¡Cómo comprendí aquella mirada que me dirigió, aquel saludo cortés, pero tan impregnado de profunda desolación!

Olvidó a la cincuentona con tocas de beata y creyó que tenía ante a aquella dulce y cariñosa Miguelina que por la noche se deslizaba en su cuarto como una gatita, llena de voluptuosidades... Al fin y al cabo, en toda su laboriosa carrera de funcionario, el amor de esa mujer había sido el único rayo de sol de su juventud, la única copa de placer que habían gustado sus labios.

¡Claro, como que nació de cabeza! gritó D. Venancio, que estaba al otro lado del lecho, con los brazos remangados, con algunas manchas de sangre en la camisa y en el levitón, sudando, muy semejante a un funcionario del Matadero. ¡Pero estuvo mucho tiempo coronado..., Bonis! , siglos dijo el médico. A ti no se te dijo; se te hizo marchar; pero hubo peligro, ¿verdad, D. Venancio?

Sentados en semicírculo en torno de la ancha mesa, frotábanse maquinalmente sus rugosas manos y avanzando su cuello tostado por el sol y por el aire, dirigían sus curiosas y circunspectas miradas hacia aquel elevado funcionario que la Administración les enviaba de París.