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Actualizado: 19 de junio de 2025


Antes de llegar hasta había el Conde tomado informes, y yo no cómo diablos se las había compuesto que, a pesar de vuestra fuga precipitada en un pesetero, sabía ya cómo os llamabais, dónde vivíais, quiénes erais, quién era tu marido y mil cosas más.

La luna, filtrándose con trabajo por una nube, comenzó a alumbrar aquella fatídica escena. Phs, phs, amigo dijo el alcalde al cabo de un rato, sin avanzar un paso. Oir el ladrón este amical llamamiento de la autoridad y emprender la fuga, fué todo uno. ¡A él, Marcones! ¡Fuego! gritó don Roque, dándose a correr con denuedo en pos del criminal.

¡Si al menos perdiese la razón! ¡Los que deliran se hacen unas ilusiones tan extravagantes! ¡Quizás así la vería! El mismo día. Latour acaba de entrar en mi habitación. Ha creído ver al amante de Adela, al hombre que, según se dice, la ha hecho huir de aquí. El miserable ha tratado de evitar sus miradas y se ha substraído a sus preguntas apelando a la fuga.

Por la tarde tuvo un atrevimiento que siempre le había prohibido ella. Entró en la casa que habitaba Margarita, hablando largamente con la portera para adquirir noticias. La buena mujer pudo dar expansión de este modo á su locuacidad, bruscamente cortada por la fuga de los inquilinos y su servidumbre.

La doncella, insensible ante la fuga del señorito, sólo atendía a Leonora, adivinando la próxima crisis, contemplando con sus ojos de vaca mansa el desencajado rostro de la señora.

Un día Quiroga raya su caballo en la puerta de su casa, y le dice: «Señor gobernador: vengo a avisarle que estoy acampado a dos leguas con mi escoltaAgüero renuncia. Trátase de elegir nuevo gobernador, y a petición de los vecinos, él se digna indicarles a Galván. Recíbele éste, y en la noche es asaltado por una partida; fuga, y Quiroga se ríe mucho de la aventura.

Pidiéronle que cantara la Pitita, y hay motivos para creer que la cantó, aunque él lo niega en redondo. En medio del desconcierto de sus sentidos, tuvo conciencia del estado en que le habían puesto, y el decoro le sugirió la idea de la fuga.

Al conocerse esta fuga al día siguiente, 27 de Marzo, produjóse en la ciudad el consiguiente escándalo, viniendo á levantarse un rumor, que fué tomando cuerpo, y el cual era que el Alcaide, D. Juan de la Cruz, no fué tan sorprendido como parecía con aquella fuga, y que para dejarse atropellar había recibido de antemano más de una reluciente moneda de oro.

Y después... murmuró apenas, cerrando los ojos con lentitud. Creo que tuvo una súbita fuga de ideas. Pero la luz, la insensata luz que extravía la mirada en los relámpagos de felicidad, inundó de nuevo sus ojos. Y esta vez bien claro, sentí claramente sobre mi rostro esta pregunta: Y cuando sane y no tenga más delirio...¿me querrás todavía?

Antes de entrar, mientras le anunciaba una doncella, oyó un rumor de voces, hablando con apresuramiento, y después un ruido de pasos y de faldas en fuga. ¡No quiero verle! gritó una voz sofocada que el médico creyó reconocer. Al entrar en la habitación notó algo que denunciaba aquella fuga misteriosa. El gesto con que le recibió su prima, le dió á entender lo inoportuno de su llegada.

Palabra del Dia

vorsado

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