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Actualizado: 17 de mayo de 2025


Ana que se dejaba devorar por los ojos grises del seductor y le enseñaba sin pestañear los suyos, dulces y apasionados, no pudo en su exaltación notar el amaneramiento, la falsedad del idealismo copiado de su interlocutor; apenas le oía, hablaba ella sin cesar, creía que lo que estaba diciendo él coincidía con las propias ideas; este espejismo del entusiasmo vidente, que suele aparecer en tales casos, fue lo que valió a don Álvaro aquella noche.

¡Del mundano vivír, cuanto me aterra compartír la dorada falsedad! ¡Cómo me ahoga el lodo de la tierra! ¡Cómo mancha su negra suciedad! Condor, dame tus alas: necesito volar cómo tu vuelas, ¡oh cóndor! Tengo sed de beberme el infinito en un vuelo sin fin, libertador. ¡Mas ay! ¿a qué volar? El alma impura cautiva del dolor tiene que ser.

Si no me engaño, hay aquí una confesion tácita de la falsedad de su opinion. La idea de la extension se hallará en la sensacion de la vista, pero no podremos sacarla; ¿por qué? porque es vaga; mas entonces, ¿quién quita que el ejercicio, trayendo la comparacion y la reflexion, la haga precisa? La dificultad está en adquirirla de un modo ú otro; el perfeccionarla es obra del tiempo.

Si el Cantó soltaba un domingo un interminable relato sobre la falsedad de las mujeres y lo caras que cuestan al hombre por su afición a los trapos, Margalida le respondía al otro domingo con un romance doblemente largo criticando la vanidad y el egoísmo de los hombres, y la turba de atlotas coreaba sus versos con cloqueos de entusiasmo, reconociendo la gloria de una vengadora en la muchacha de Can Mallorquí.

¡Ah! dijo el coronel con repentino arranque de afecto y alegría paternales, chocantes por su falsedad y afectación. ¡Ah! ¡Bonita niña, bonita niña! ¿Cómo estás? ¿Estás bien, eh, hermosa? ¿Qué tal te va? Volvió a cuadrarse el militar en elegante actitud y a dar vueltas a su junco, hasta que se le ocurrió que estos medios de seducción eran acaso inútiles para con una criatura de tan corta edad.

Habla del placer, con que Alfonso ha recibido su rico presente, y le dice que el Rey, de buen grado, le daría un cargo brillante en su palacio; pero García rechaza sin vacilar estas ofertas: pinta con vivos colores, y no sin hacer alusiones á la suerte de su padre, la falsedad y las intrigas de la corte, y celebra, en oposición á ellas, las ventajas que le ofrece su vida independiente en el campo.

Me acusaría a , con razón, de falsedad; y yo quedaría ¡ay! perdida, y a vos no os quedaría la menor esperanza de ver realizados vuestros deseos. Entonces hay otro medio, pondré el documento en mi cartera y lo llevaré conmigo. No hagáis eso, Mathys; la condesa lo ha previsto todo.

Vamos a ver, hipócrita, cobarde, ¿cuánto dinero os ha dado Federico para traicionarme? ¡Hasta dónde puede llegar la falsedad! La señora es modesta, instruída, reservada; hay que medir las palabras con ella, ¡es tan sensible!... ¡Y esta miserable ladrona vende el honor de mi casa, por dinero! ¡, ! Atreveos a disculparos; sois una desvergonzada; pero vos misma habéis caído en vuestra celada.

No, no quiero saberlo. Te lo perdono y ahora te pido por favor que no digas nada, que no nos interrumpas. también, Charito. Venga aquí, Muñoz, venga. Volvió él a sentarse. Las manos le temblaban. Sus facciones tenían una expresión de pasmo. Nunca la había sentido más lejos de su alma, ni más inasequible. Su instinto percibía una misteriosa falsedad en aquella sumisa actitud de Adriana.

Al permitir yo esto, he procedido con falsedad respecto al único hombre con quien tenía el deber de ser sincera. ¿Qué otro camino os quedaba? preguntó el médico. Si yo hubiera señalado á este hombre con el dedo, habría sido arrojado de su púlpito á un calabozo y de allí tal vez al cadalso. Habría sido preferible, dijo Ester. ¡Qué mal le he hecho á ese hombre? preguntó de nuevo el médico.

Palabra del Dia

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