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Actualizado: 11 de junio de 2025
Tened paciencia, Marta, todo depende de vuestra voluntad y resolución de espíritu: se os deja el derecho de elegir; estáis llamada a decidir vos misma vuestra suerte. Sí, sí, conocéis hasta qué punto puede y debe extenderse el sacrificio de una madre; pronto vais a saberlo, porque contáis para ello con un medio infalible.
En torno de ella percibíanse grandes jirones de espuma que crecían y menguaban alternativamente ciñéndola de un blanco cinturón de encaje. El viento soplaba recio, pero franco y benigno, porque tenía espacio donde extenderse. Las tres falúas con las velas desplegadas cortaban el agua una en pos de otra como otras tantas gaviotas que se persiguieran.
Le oirían de seguro. ¿Como no, si había de decir cosas tan bellas? El estaba seguro de que las diría. Las palabras que había de decir estaban escritas con letras de fuego en el espacio. Ya el retrato avanzaba llevado por cuatro socios de la Fontana. Sonaba la música, el gentío rodeaba el lienzo, y todos se movían sin adelantar, oscilaban sin extenderse, se revolvían confundiéndose.
Una ola de libros invadía el cuarto, y después de extenderse sobre los muebles, dejando en ellos altas pilas de papel impreso, esparcíase por el inmediato pasillo. La señora, llena de admiración por aquel sabio de diez y siete años, al que no apuntaba aún el bigote, no osaba tocar uno solo de los volúmenes.
La pequeña ciudad le pareció más fría y más triste que la víspera. La sombra que la iglesia de San Juan lanzaba sobre el húmedo patio de la casa de Voinchet parecía extenderse y penetrar hasta el fondo del alma del inspector general... Esto le hizo tomar la resolución de adelantar todo lo posible su partida.
Y no lo digo tanto por el respeto y la adhesión que me mostraban los honrados tablanqueses desde la muerte de mi tío, como por lo que yo sentía ahondar y extenderse y engrosar en mi conciencia escrupulosa las raíces de mi compromiso renovado y consagrado de aquel modo tan solemne.
No historiaré el tratado Clayton-Bulwer, conocido por todos los que en estas cuestiones se interesan; recordaré solamente que fue una transacción, un modus vivendi mejor dicho, que permitiese extenderse las influencias inglesa y americana en las Antillas y las costas de Centro América, de una manera paralela que no diese lugar a conflictos.
Nuestro caballero lo fué comprendiendo paulatinamente, y paulatinamente fué cambiando de postura, doblando ahora una rodilla, poco después la otra, sentándose más tarde, y concluyendo por extenderse como antes se hallaba; todo esto como si cediera á inspiraciones superiores ó á dura necesidad y no á liviano capricho suyo. La misma necesidad le obligó después á cubrirse las carnes que tiritaban.
¡Ah! si vos creéis que yo tengo el alma helada, os engañáis; que la tengo muerta, que sólo ha sobrevivido en mí lo malo, os engañáis, Dorotea, os engañáis; mi vida es una vida poderosa, insoportable, insaciable, una calentura continua; mi vida necesita espacio donde extenderse, y no le halla; mi vida está comprimida, encerrada como en una caja de hierro: cada corazón digno de mí que encuentro, es un poco de espacio que se dilata en esa caja terrible, en esa prisión que no puedo romper por más que hago; y al mismo tiempo es una amargura más, una amargura infinita; habéis dicho que yo os sacrifico á sangre fría, y al veros sufrir, al veros de tal modo desesperada, tengo el corazón apretado, siento ansias, y me pregunto qué razón desconocida hay para que el hombre se alimente del hombre el alma del alma, la alegría del dolor, la vida de la muerte, me digo y me espanto al decirlo: ¿por qué Dios no nos ha dado otros sentimientos más fáciles de satisfacer? ¿por qué esta continua carnicería? ¿por qué esta durísima é interminable batalla?
Las invisibles palpitaciones del mar en la tarde serena hacían que el triángulo de la proa se elevase y descendiese, como una cabra saltadora y juguetona, al partir las aguas con su filo. Este movimiento parecía circunscrito a aquella parte del buque, pues sus vibraciones se amortiguaban al extenderse por los flancos y apenas eran sensibles en el resto de la gigantesca construcción.
Palabra del Dia
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