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Actualizado: 31 de mayo de 2025
»Levantemos la Caaba del Occidente en el solar mismo de un templo cristiano que tengamos que derruir, para que caiga la Cruz entre escombros y sobre su polvo descuelle el Islam radiante. »Ostentará la gran mezquita todas las galas del mediodia y del Oriente: su arquitectura será un espléndido compuesto de todos los estilos, para que en ella puedan leer los venideros todas nuestras conquistas.
Esa negra masa de nubes, antes terror, barrera de los navegantes, esa noche súbita que se extiende sobre las aguas, es precisamente la salvación, la facilidad protectora que suaviza nuestro viaje, y nos conduce como por la mano á disfrutar del espléndido sol, del claro cielo del Sur, de la dulzura de los vientos regulares.
Los sevillanos se jactan con razon de tener la mejor plaza de toros de España, y la Vírgen mas opulenta, en su catedral. Mejor les estaría tener una Vírgen pobre y carecer de toreros y de un circo que no puede tener mejor nombre que el de matadero espléndido.
Mandé mi equipaje anticipadamente al hotel, es decir, lo entregué a una de esas agencias comodísimas que reemplazan en todo lo que es molesto la acción individual, y me eché a vagar por las calles. Eran las 8 de la mañana de un espléndido día de julio.
Estas lindas estrellas de la tierra, que esmaltan los jardines con su púrpura risueña, son parientas lejanas del orgulloso clavel. ¡Nadie lo diría, porque son tan modestas...! Allí está. ¡Qué noblemente pliega el aromático turbante blanco y rojo de mil rizos! Salud al califa espléndido, magnífico, soberano.
Adivínase un cuerpo espléndido, sobre el cual el peplo forma pliegues de una perfecta armonía. Ella se adjudica un sillón de forma griega; actitud de Tanagra. Las visitantes están maravilladas. LA SE
Después de servirse un espléndido buffet, los novios partieron a su rica posesión de los Robledales, en Aragón». Y quien habla de las golondrinas claro está que se refiere igualmente a toda la caterva de pájaros que habían sentado sus reales tanto en las huertas de Nieva como en los inmensos pinares que bordaban las orillas de su ría.
Como de costumbre, el espléndido inglés reclamó para sí las preeminencias de banquero, y tallando él con serenidad, apuntando nosotros con zozobra y emoción, le desvalijamos a toda prisa. Sobre todo Amaranta y yo tuvimos una suerte loca. Doña Flora, por el contrario, veía mermados con rapidez sus exiguos capitales y D. Diego se mantuvo en tabla con vaivenes de desgracia y fortuna.
Como los niños de los cuentos de hadas, cuando se pierden en obscura y tempestuosa noche, en medio de un bosque lleno de malezas, precipicios y tal vez fieras, veo siempre a lo lejos resplandecer la lucecita que ha de guiarnos a un espléndido alcázar, donde genios bienhechores han de albergarnos, restaurarnos y regenerarnos.
Pediría a Dios que curase a aquel hombre tan bueno, a aquel modelo de los padres de familia... «¡Cuánto siento que no pueda usted venir esta noche a mi casa!... De seguro estará la reunión muy brillante, y en cuanto al buffet será de lo más espléndido... Ya, ya le contaré a usted cómo... Hay para rato».
Palabra del Dia
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