Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de julio de 2025


Escuchó unos instantes, hasta que el ruido de los pasos dejó de percibirse, y cerró la puerta, que había quedado abierta. Luego se dirigió al salón, encendió las luces y comenzó a pasearse de una esquina a otra con las manos en los bolsillos. Un frío cortante como una espada entraba en su corazón. Veíase solo, y con profundo estupor se daba cuenta de que todo había concluido para él.

Cuando tardaba en ir por su cuarto, se impacientaba y le daba quejas cariñosas lo mismo que un amante rendido y llagado de amor. Cuando entraba, sus ojos no la abandonaban ni un instante, cual si estuviesen bajo la influencia de un encanto o fascinación. Aquellos ojos expresaban cariño profundo, gratitud, admiración, respeto, entusiasmo, lo expresaban todo... menos amor. Cecilia bien lo leía.

La santa cofradía, después de marchar lentamente por las calles, con largas detenciones acompañadas de cánticos, entraba en la catedral, que permanecía toda la noche con las puertas abiertas.

No entraba inmediatamente, sino que se quedaba en el pórtico viendo el desfile, caladas las gafas y sonriendo a unos y a otros. ¡Señor don Raimundo, aquí! ¡Señor don Raimundo, allá! Era alguien que le reconocía o alguien que le necesitaba. Charlaba con todos, pedía informes y daba noticias, y a lo mejor se escurría, rodeaba la manzana e iba a apostarse en la puerta de la calle Piedad.

Su esposa, que entraba también en el comedor cuando Tristán, formaba con él raro contraste; delgada, ojos inquietos, rostro afilado, movimientos espasmódicos. ¿Han llegado los niños, Eugenia? preguntó Escudero . Buenos días, Tristán. ¿Qué tal de excursión? ¿Han quedado todos buenos? La señora respondió que los niños acababan de llegar.

Pero a fee que, si vuesa merced no llegara, que yo le hiciera vomitar la ganancia, y que había de saber con cuántas entraba la romana. ¿Qué decís vos a esto? -preguntó Sancho.

Iba á buscar un coche para su señor y entraba para rogar á Francisco que subiese, á fin de ayudar al criado á bajar un baúl. "¿Según eso se va de viaje su amo de usted? dijo Francisco. , respondió ella ... Va á ver á unos parientes á Rouen...." ¡Bravo! interrumpió Roussel. Rouen y después Clères.

Ni en el carácter de Elena ni menos en el de Núñez entraba semejante ruindad. Además, caso de que fuesen amantes no era verosímil que cometiesen la imprudencia de exhibirse paseando en coche por las cercanías de Madrid. ¡El pobre Barragán...! Y bien tranquilo, con la sonrisa en los labios se dirigió al comedor, donde ya le esperaba Clara.

Clementina había tocado con frivolidad en la parte más sensible de su corazón. Su sueldo ya sabemos que no le consentía más que vivir modestamente. Si entraba en una sociedad que no le correspondía era precisamente para conservar el empleo, que era su único sostén y el de su hija. Esta nada sabía aún de aquel plan de vida.

Buenas tardes, Belarmino habló el dominicano, modulando las notas más nítidas y cariciosas de su flautín laríngeo . Entraba y salía. Entraba en tu aposento y salía de mi residencia. Salía de mi distracción y entraba en mi acuerdo. El Padre Alesón hablaba ahora en este estilo conceptuoso y envuelto, para dar por el gusto a Belarmino y granjearse su afecto.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando