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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Ozores dio órdenes para que se vendiese como se pudiera en la provincia de Vetusta la poca hacienda que no había malbaratado antes, y la mitad del producto de tan loca enajenación la dedicó a la compra de aquella quinta de su amigo Iriarte. La otra mitad fue destinada al socorro de los patriotas más o menos auténticos.
Figúrense ustedes cuál sería mi estupor, ¡qué digo estupor!, mi entusiasmo, mi enajenación, cuando me vi cerca del Santísima Trinidad, el mayor barco del mundo, aquel alcázar de madera, que visto de lejos se representaba en mi imaginación como una fábrica portentosa, sobrenatural, único monstruo digno de la majestad de los mares.
Su aspecto, su ademán, todo en ella denunciaba la completa enajenación del ánimo, y su mirada se perdía en dulcísimas lejanías, llenas de ensueños peregrinos. En un ser concentró todos sus anhelos, todas las vagas aspiraciones de su alma candorosa y primitiva, complaciéndose en adornarlo con las perfecciones y bellezas que en la suya propia se anidaban.
En cuanto al moral, se observan igualmente accesos de furor y de melancolía, ansiedad que alterna con arrebatos ridículos, la dulzura con la obstinacion; agitacion continua, ocupaciones imaginarias, falta de aptitud para el trabajo, accesos de enajenacion mental con ojos huraños.
Clara miró al militar con expresión de gran asombro; y como si la pregunta fuera una revelación, contestó: "¿Loco?..." Y después de una pausa, añadió encogiéndose de hombros: "No sé." La curiosidad del militar creció. No lo tome usted á agravio; pero su conducta, sus palabras en aquella pendencia, lo sombrío de su aspecto, lo que ahora acaba de decir, me hacen creer que padece una enajenación.
Mira, no pienses que ha habido en mí artificio, ni cálculo, ni plan para perderte. Sí, ha sido una maldad atroz, pero instintiva; una maldad inspirada quizá por el espíritu del infierno que me posee. No te desesperes ni te aflijas, por amor de Dios. De nada eres responsable. Ha sido un delirio: la enajenación mental se apoderó de tu noble alma. No es en ti el pecado sino muy leve.
Todos los disparates imaginables caben en este mundo absurdo en que vivimos... ¿No has observado que tu suegro presenta desde hace algún tiempo señales extrañas... que ha dicho y hecho cosas muy raras... en una palabra, que su espíritu ofrece síntomas de enajenación?...
No llega por lo comun á tan alto grado la exaltacion de nuestros afectos, que nos prive completamente del uso de la razon; para semejantes casos no hay nada que prescribir; porque entónces hay la enajenacion mental, sea duradera ó momentánea. Lo que hacen ordinariamente las pasiones es ofuscar nuestro entendimiento, torcer el juicio; pero no cegar del todo aquel, ni destituirnos de este.
Aquella misma tarde partió Salvador de Elizondo, deseando huir de un país que le infundía repugnancia y miedo, a causa de las muchas locuras que en él había visto; y así como el que visita una casa de orates se siente tocado de enajenación y con cierto misterioso impulso de imitar los disparates que ve, sentía nuestro hombre en sí cierta levadura recóndita de demencia, por lo cual se echó fuera a toda prisa.
Si vaciláis, si llega a faltaros la energía necesaria, mañana os veréis lejos de Orsdael y vuestra hija seguirá siendo la víctima de la señora Bruinsteen, hasta que una muerte prematura o una enajenación mental corone la maldad de sus verdugos. ¡Por Dios, tenedme lástima, Catalina; hablad claramente! ¿Por qué me torturáis así?
Palabra del Dia
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