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Actualizado: 5 de julio de 2025
Yo no: cualquier indiscreción en estas circunstancias, me perdería, me pondría en ridículo: ya me voy haciendo vieja. Miguel protestó; no pasaba por la vejez: se atrevió a decir, aunque mirando al paisaje por la ventanilla, que no había en Madrid niña que pudiera competir con ella en hermosura y elegancia.
Aunque colocada y movida con suprema elegancia esta Venus, no es una diosa, sino una bellísima mortal. Emilio Michel dice de ella que «no tiene nada común con la divinidad clásica a que nos han acostumbrado las obras de los maestros italianos» . Quien así representaba a los dioses inmortales no había de tratar con mayor consideración a los filósofos que dudaban de ellos.
Entre aquella cascada de flores y de diamantes, de encajes, brocatos y felpas primorosas que invadía el salón de Montifiori, la novia se presentaba con una elegancia llena de distinción, con su traje blanco con aplicaciones de terciopelo cincelado, y por único adorno, una onda desbordada de encajes de Inglaterra, que naciendo en el cuello, iba a perderse en su gran cola, después de haber perfumado el contorno con su mística y vaporosa blancura.
Pero en lo que se distinguen principalmente los actores españoles, y pueden servir de modelo á los demás, es en la gracia, en el encanto y en la elegancia con que saben revestir hasta las formas más ordinarias y vulgares de la vida real.
Su estatura y su elegancia era lo único que la hacía destacar sobre la muchedumbre. Y bajo la curiosa y ávida mirada de todo el mercado, Rafael sonreía frente a ella, admirándola fresca, sonrosada, con la viveza de la ablución matinal, esparciendo un perfume indefinible de carne sana y fuerte que embriagaba al joven.
Por lo que toca a Pilar misma, poseída del extraño optimismo característico de su padecimiento, mostró gran regocijo por visitar la metrópoli del lujo y elegancia, pensando en hacer allí sus comprillas de invierno, por no ser menos que las currutacas Amézagas.
Era el único actor de las representaciones de elegancia y riqueza que se daba a solas para remedio de su enfermedad. ¡Luis... Luis!... volvió a gemir la vocecita desde el fondo de la cama.
Después, en las villas no hay quien corte con elegancia. Por último, el género tiene que ser de peor calidad, más pobre y más feo.
«Esto es maravilloso decía . Vaya con las patitas de las consolas... ¡Qué elegancia de curvas! ¿Y esas cortinas con amorcillos y guirnaldas?... ¡Pero dónde llega el techo...! ¡María Santísima! Yo me estaría toda la vida mirando esas pastoras que dan brincos y esos niños que cabalgan en un cisne. Ha de convenir usted conmigo, Sr. D. José, en que hoy por hoy no se hacen más que mamarrachos.
El parentesco, es cosa del parentesco. El salón era rectangular, muy espacioso, adornado con gusto severo, sin lujo, con cierta elegancia que nacía de la venerable antigüedad, de la limpieza exquisita, de la sobriedad y de la severidad misma. El único mueble nuevo era un piano de cola de Erard. Llegó al salón don Robustiano y salió Fulgencia hablando entre dientes.
Palabra del Dia
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