Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de junio de 2025


Los sucesos se atropellaban; el mundo parecía resarcirse en una semana del largo quietismo de la paz. El viejo vivió en la calle, atraído por el espectáculo que ofrecía la muchedumbre civil saludando á la otra muchedumbre uniformada que partía para la guerra. Por la noche presenció en los bulevares el paso de las manifestaciones. La bandera tricolor aleteaba sus colores bajo los faros eléctricos.

Yo, ofuscado por la luz de sus ojos, que, como dos acumuladores eléctricos, iban lenta y suavemente magnetizándome, la escuchaba sin pestañear, acariciado por aquel acento andaluz, dulce y salado a la vez, cuyo recuerdo hace suspirar a más de un inglés en las brumas de la Gran Bretaña. ¿De qué hablaba?

Esta noche la pasaría en la soledad de la torre, como un hombre primitivo de los que viven acechados por el peligro, dispuestos a matar; a la noche siguiente estaría sentado ante la mesa de un café, bajo el resplandor de los focos eléctricos, viendo carruajes junto a las aceras y pasando por el centro del Borne mujeres más hermosas que Margalida. «¡A MallorcaNo viviría en un palacio: el caserón de los Febrer lo perdía para siempre en el arreglo revolucionario y salvador ideado por el amigo Valls; pero no le faltaría una casita pequeña y limpia en el Terreno u otro barrio vecino al mar, y en ella la compañía y los cuidados maternales de madó Antonia.

Les bastaba para realizar este milagro con tender una línea de ferrocarril. Costas inhospitalarias y desiertas brillaban de pronto con los focos eléctricos de sus puertos. Establecían una nueva línea de navegación, y el gran rebaño emigrante, los aventureros inquietos que todo lo transforman, llegaban hasta donde era la voluntad de los taumaturgos ocultos en la sombra...

Desde la misma frontera el viajero comienza á ver los hilos eléctricos que ponen en comunicacion instantánea á todos los departamentos con Paris.

La vida del extranjero en Lisboa debe ser sumamente triste, si se atiende á los pocos recursos con que cuenta la ciudad: faltan caminos, no solamente de hierro, sinó de tierra. Los hilos eléctricos, mensajeros de luz que en todas las naciones se cruzan, faltan tambien en Lisboa.

Y de nuevo, oprimía contra él el brazo de la joven. Cuando llegaron al umbral de los salones iluminados a giorno por globos eléctricos revestidos de flores, Huberto la enlazó y la arrebató en vertiginosos giros, al son de una orquesta de zíngaros. En su vestido de tul que la envolvía como una nube, esfumando graciosamente sus formas finas y puras, María Teresa estaba interesantísima.

Llevaban caminando cerca de una hora y se imaginaban que sólo habían transcurrido unos minutos. Al llegar á los jardines de la Villa Nazionale, cerca del Acuario, se detuvieron un instante. Había más luz y menos gente que en el camino de Possilipo. Huyeron de los faros eléctricos de la vía Caracciolo, que reflejaban en el mar sus lunas de nácar.

Arriba, las oficinas estaban instaladas con mayor lujo: las paredes eran de un blanco charolado; brillaban las mesas y taquillas de madera rojiza, así como los lomos de cobre de los grandes libros de cuentas. Los verdes hilos de la luz y de los timbres corrían por las cornisas de una á otra pieza, y sobre las chimeneas funcionaban relojes eléctricos.

En algunos puntos, al encontrarse las vías, se tendían unas sobre terraplenes y otras pasaban por debajo, al través de pequeños túneles. El espacio estaba cruzado por los hilos del alumbrado y los teléfonos, y los cables de los tranvías aéreos. Entre esta red de acero alzábanse numerosos postes, con sus faros eléctricos semejantes á lunas apagadas.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando