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Actualizado: 19 de junio de 2025


Y antes que se me olvide.... Buscó en el bolsillo interior de su levitón, y fue sacando un pañuelo muy planchado y doblado, un Semanario chico, y por último una cartera de tafilete negro, cerrada con elástico, de la cual extrajo una carta que entregó al marqués.

Decía que el gorro de dormir era una punta que atraía los atributos de la infidelidad conyugal. Pero aquella noche había tenido frío, y a falta de gorro de algodón o de hilo, se había cubierto con el que usaba de día, aquel gorro verde con larga borla de oro. Ana vio y oyó que en aquel traje grotesco Quintanar leía en voz alta, a la luz de un candelabro elástico clavado en la pared.

Esta existencia obscura de cultivador de la tierra, obligado a la economía y en lucha interminable con la escasez, asustaba a Gallardo, hombre arrogante y decorativo, acostumbrado al aplauso público y a la abundancia de dinero. La riqueza era algo elástico que había crecido conforme avanzaba él en su carrera, pero sin adaptarse jamás con el límite de sus necesidades.

Cristeta viene por lo alto de la calle, vestida como él la soñó. Sus enguantadas manos oprimen un grueso devocionario, sujeto con un elástico rojo, y bajo el tul del velo brillan sus rizos de oro. A cada instante vuelve la cabeza hacia atrás. Entonces, don Juan sonríe con orgullo y se dirige lentamente a la puerta. Al cruzar el despacho, lo inspecciona todo por última vez. Nada falta.

Observemos sus posturas caprichosas y fantásticas; de qué modo tan pintoresco extienden las alas sobre el agua, levantando nubecillas de espuma, o sumergen la cabeza para atrapar un insecto, o la ocultan bajo el ala, o levantan el vuelo inesperadamente para dejarse caer a los pocos pasos llenos de pereza y molicie sobre su elástico lecho, como un sátrapa sobre su diván de pluma.

Después de almorzar es algo demasiado vago, demasiado elástico. ¿A qué hora almuerza usted? le pregunto. ¿Que a qué hora almuerzo? Pues a la hora en que almuerza todo el mundo: a la hora de almorzar... Pero ¿qué hora es la hora de almorzar para usted? ¿El mediodía? ¿La una de la tarde? ¿Las dos...? Por ahí, por ahí... dice mi amigo . Yo almuerzo de una a dos.

Dejole el marqués que se doblara cuanto podía dar de su elástico y bien educado espinazo, y le dijo, cuando le vio casi derecho y tan cerca como lo permitía el debido respeto: Necesito, Simón, para dentro de cuatro días, diez mil duros disponibles en poder de mi banquero de París.

En la cama del enfermo, la colcha de damasco rojo de los grandes días, y vuelto sobre ella, el amplio y bordado embozo de una sábana de lujo; las almohadas, con fundas de grandes guarniciones muy tiesas y escaroladas, y el enfermo mismo, con camisola limpia, calentada poco antes al brasero y sahumada con tomillo, sobre el espeso chaquetón elástico que le abrigaba el tronco; junto a la cama, una alfombra en lugar del felpudo de siempre; encima de la cómoda, cayendo en airosos pabellones por los lados, otra colcha de las buenas de la casa, y sobre ella, esperando mejor destino, el crucifijo de marfil, seis candeleros de plata, un vaso con agua bendita y un ramito de laurel.

Otros mostraban el hocico elástico y bigotudo, los ojos de reflejo metálico de los felinos: eran los hombres-fieras, que se estremecían, dilatando sus narices, como si percibiesen ya el olor de la sangre.

Además, yo no podía recordar sus infamias... Al agarrarlas con los dedos del recuerdo, ellas se deslizaban bajo mis manos como anguilas... La misma Nanela, en vez de enfadarse, seguía riéndose, riéndose... ¡La verdad es que era chusco ver a un hombre vivo metido en su ataúd a modo de un saltaperico de elástico resorte en su cajita de madera!

Palabra del Dia

irrascible

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