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Actualizado: 30 de abril de 2025


La engañaba bebiendo aún más y el pobre hombre estaba en un círculo vicioso del cual no podía salir sino por la muerte. La duquesa se asustaba alguna vez de su ardoroso aliento y no se atrevía a manifestarle sus terrores, pero colocaba discretamente sobre su mesita de noche alguna tisana refrescante y perfumada que él no tomaba.

Se asustaba al pensar en el odio acumulado por este hecho y en la próxima venganza. El nombre de Ferragut era objeto en Berlín de una atención especial; en todas las naciones de la tierra lo repetían en aquellos momentos los batallones civiles de hombres y mujeres encargados de trabajar por el triunfo germánico. Los comandantes de los submarinos se pasaban informes acerca de su buque y su persona.

El castellano del Real Felipe, que no tragaba rueda, de molino ni se asustaba con duendes ni demonios coronados, dióse a cavilar en los fantasmas, y entre ceja y ceja se le encajó la idea de que aquello trascendía de a legua a embuchado revolucionario.

Después de orear un poquito más todavía el meollo por este procedimiento de exploraciones generales alrededor del abismo, que ya no le asustaba tanto como antes: Veamos ahora se dijo las cosas a su verdadera luz, y ajustemos la cuenta partida por partida y como deben ajustarse todas las cuentas en casos de mucho apuro, como este.

Y la terrible mirada de don Sebastián, que asustaba a toda la diócesis, nublóse con lágrimas. Además, tengo otras penas continuó , pero son de hombre previsor que teme el porvenir. Cuando muera, todo lo que tengo será para mi hija. Juanito cuenta con lo de su madre, que era rica, y además tiene una carrera y el apoyo de mis amigos. Visitación será poderosa.

Dormía al lado de la duquesa, y en sus largas noches de insomnio se asustaba algunas veces del sueño anhelante de la querida enfermera. «Cuando yo haya muerto, pensaba, mamá no tardará en seguirme. No estaremos mucho tiempo separadas; pero, ¿qué será de mi padre

Su vida se deslizaría en la monotonía del trabajo diario y del negro cuidado de la existencia, más negro todavía cuando estuviese sola. Y, en un impulso de ternura inquieta, que asustaba a la descuidada criolla, la besaba locamente repitiendo: ¡Oh! querida mía, no me dejes, no me dejes jamás...

Ya se sabía que él no tenía un cuarto, ni de dónde le viniera, y que D. Benito el Mayor había prestado fiándose del capital de Emma; más era; el mismo Bonifacio reconocía que en su fuero interno siempre había pensado en pagar con dinero de su mujer, aunque le asustaba pensar en el cómo y cuándo. Por este lado no era robar lo que quería hacer.

Y volviendo la cabeza hacia el interior obscuro y silencioso de la casa escuchó también con atención profunda.... , él oía algo... era el choque de las monedas, pero el ruido era confuso, podía conocerse sabiendo antes que estaban contando dinero... pero desde la calle no debía de oírse nada... era imposible.... Mas la idea de que la alucinación del borracho coincidiese con la realidad le disgustaba más todavía, le asustaba, con un miedo supersticioso....

¿Qué? ¿La he asustado con mis palabras, verdad? dijo sonriendo de nuevo más pavorosamente, sin presumir el pobre hombre que no eran sus palabras sino su rostro lo que la asustaba . Aquí no hay peligro ninguno. Ni en estos sitios se crían fieras ni hay temor de bandidos. Está muy bien guardadito esto. Y dio otro paso hacia ella. Elena volvió a exclamar con acento más afligido: ¡Haga usted el favor!

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