Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de mayo de 2025
Se replegaba por educación, huía de él porque este es el deber de una joven cristiana y bien educada; escapaba como una cabrita con graciosos saltos por entre las filas de naranjos, y el señor diputado salía detrás a todo galope con las narices palpitantes y los ojos ardorosos. ¡Que te coge, Remedios! gritaba la mamá, riendo. ¡Corre; que te coge!
Reía con alegría de niña educada aristocráticamente, al enterarse de las vulgares diversiones de aquellos ricos de la víspera, que, no hacían más que seguirlas huellas de su padre. Todos escuchaban al doctor, el cual, con suave ironía, describió los banquetes pantagruélicos de las minas, con sus lluvias de Cordón Rouge.
Hay una joven que no tiene pero en lo tocante a ella misma: es muy guapa, muy recogida, muy bien educada..., una santa de Dios, vamos. De esta joven te enamoras tú, y ella se enamora de ti. Deseáis casaros, y resulta, en primer lugar, que no es hija de su padre..., quiero decir... Tiene derecho perfecto al apellido que usa.
¿Entonces Huberto no daba su estimación a los que llegan a la fortuna por la inteligencia y la labor?... Ella, que había sido educada en el culto del trabajo y de la energía individual, ella, que admiraba la obra de su padre, se había sentido ofendida por aquella disposición de espíritu de Huberto. ¿Por qué hablaba con tanto desprecio de cosas respetables y nobles?
El oficio es fácil de aprender y el instrumento que vale para la confección o fabricación, o sea la lengua o la pluma, se maneja con menos esfuerzo y más naturalmente, no ya que el cincel o el pincel sino que el azadón o el almocafre, por donde toda persona algo educada escribe o puede escribir novelas.
Hablaba con seca ironía, dando golpecitos impacientes con las manos en los brazos del sillón. Yo le respondí con algo de aspereza: No hay que hacerle reproches; ha sido educada así. Sí, sin duda... sin duda... La Boivic la ha educado a su imagen; pero lo malo es que ha muerto a la mitad de su obra... En fin, a lo hecho, pecho. Después de todo esas mojigaterías no duran.
Lo fue siempre, bien me acuerdo. Pues así acabó. ¿Ha muerto? Valiérale más. Se casó, siendo una criatura, con una huérfana insípida, educada entre monjas. Me acuerdo también de ello... Decían que era muy rica. Y lo decían con razón. ¡Pues esa fue la madre del borrego! Un casamiento de conveniencia... para él, que ya tenía una mina de oro solamente en lo heredado de su padre.
Los dos hermanos quedaron en la habitación que servía de despacho, viendo a la pareja que paseaba por el jardín y acabó sentándose en dos sillones de junco a la sombra de un árbol. Catalina contestaba a las preguntas de su acompañante con una timidez de doncella cristiana santamente educada, adivinando el propósito oculto bajo sus palabras de vulgar galantería.
Un hombre que hablaba de amor a una señora que era de otro, ante los hombres.... Ya lo sabía, sí; no exigía que Ana se hiciese superior a tantas tradiciones, leyes y costumbres, lugares comunes y rutinas como le condenaban; claro que había en el mundo mujeres, virtuosas como la que más, que ya sabían a qué atenerse respecto de la letra de la ley moral que condenaba aquel amor de Mesía; pero ¿podía él pedir a Ana, educada por fanáticos, que había pasado su juventud en un pueblo como Vetusta, podía pedirla que se dignase siquiera alentar su pasión con una esperanza?
Siempre me dijo que no consentiría de buena gana en otorgar mi mano a un desocupado. Conociendo su amor al trabajo, educada también en la admiración del esfuerzo individual, me había yo prometido conformarme a su deseo, al elegir un marido. Pero he aquí, que una casualidad... feliz... lo ha conducido a usted hacia mí, y que yo no puedo cumplir mi promesa.
Palabra del Dia
Otros Mirando