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Actualizado: 17 de mayo de 2025


Bernardo cae sollozando sobre su cadáver, y llama á su madre, Jimena, al reanimarse, para que trueque con el muerto su anillo nupcial. Esta escena es la última de la comedia. Las doncellas de Simancas.

Una de las doncellas se acercó a ella y le dijo: Ahí abajo está el tío Leandro con los pastores y los guardas que piden por favor que les permitan despedirse de la señorita. ¡Ya lo creo que iré! respondió Clara apresurándose a bajar a la gran cocina del sótano. Allí estaban en efecto los pastores y dos guardas jurados con sus sombrerotes de fieltro en la mano.

Cataluña particularmente debió gustarle más, porque en la Galatea, en la novela de Las doncellas y en Don Quijote, hace exactas descripciones del país y de sus costumbres. Su residencia en Roma, por duradero que fuese su recuerdo, no fué larga.

De las dos doncellas de la casa, la una, Generosa, nada tenía que llamase la atención; la otra, Elvira, era una palidita, de ojos grandes y entornados, muy graciosa. Las artesanas de Sarrió no han entrado jamás por la ridícula imitación de las damas, tan extendida hoy, por desgracia, entre las de otros pueblos de España.

Mirábanle las mozas, y andaban con los ojos buscándole el rostro, que la mala visera le encubría; mas, como se oyeron llamar doncellas, cosa tan fuera de su profesión, no pudieron tener la risa, y fue de manera que don Quijote vino a correrse y a decirles: -Bien parece la mesura en las fermosas, y es mucha sandez además la risa que de leve causa procede; pero no vos lo digo porque os acuitedes ni mostredes mal talante; que el mío non es de ál que de serviros.

23 Porque tu pie se embermejecerá de sangre de tus enemigos, y de ella la lengua de tus perros. 24 Vieron tus caminos, oh Dios; los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario. 25 Los cantores iban delante, los tañedores detrás; en medio, las doncellas, con panderos. 28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza; confirma, oh Dios, lo que has obrado en nosotros.

Roberto cumple todas sus obligaciones con la mayor puntualidad: parte leña, ordeña las cabras y, mientras tanto, hace la corte á las dos doncellas. Sus galanterías son acogidas con agrado por las dos jóvenes, y cuando el padre quiere obligarlas á casarse con otro, ambas lo rehusan, declarando que sólo aman á Rosbel.

Habían dado en la imprudencia de llevar luz a la habitación, y en las vidrieras del mirador se pintaba, junto al de las otras doncellas, el bulto de Lisarda, que por ser tan semejante en el aire y en la forma de la persona a mi madre, como ya os he dicho, don Baltasar creyó, y creyéronlo los amigos que le acompañaban, que no era doncella que a mi madre en el bulto se parecía, sino que era mi madre misma la que, acompañada de sus doncellas, en el mirador estaba oyendo la música.

Pero, como vio que se tardaban y que Rocinante se daba priesa por llegar a la caballeriza, se llegó a la puerta de la venta, y vio a las dos destraídas mozas que allí estaban, que a él le parecieron dos hermosas doncellas o dos graciosas damas que delante de la puerta del castillo se estaban solazando.

-En verdad -dijo la duquesa-, señor don Quijote, que no ha de ser así: que le han de servir cuatro doncellas de las mías, hermosas como unas flores. -Para -respondió don Quijote- no serán ellas como flores, sino como espinas que me puncen el alma. Así entrarán ellas en mi aposento, ni cosa que lo parezca, como volar.

Palabra del Dia

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