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Actualizado: 25 de julio de 2025
Gustábanle los caballos y las escopetas con entusiasmo juvenil, como a cualquier señorito del Círculo Caballista. En punto a domar un potro o a meter la bala donde ponía el ojo, no admitía rival. Además, era todo un hombre; tan hombre como el que más: le gustaban los valientes para ponerlos a prueba; ansiaba aventuras para que se supiese quién era el hijo de Paco el de Algar.
Junto á las corrientes de agua, en el centro del cauce y en las riberas que la humedad había cubierto de una débil capa de césped, trotaban las manadas de potros sin domar, al aire la luenga crin, arrastrando la cola por el suelo.
No, señor... yo se lo tironeaba al principio... pero lo acabó de amansarlo un extranjero que trajeron de domador a la estancia de los Cabrales, ¿sabe?... aquel monte que se ve allá... ¿ve? Algún domador de escuela, ¿no? Yo no sé en qué escuela habría aprendido... ¡pero para domar como él!... ¿No sabía domar?
La expresión es lo más libre y lo más suelta que puede darse: el autor ha agotado los infinitos recursos del vocabulario callealtero, crudo, pintoresco, desgarrado, apestando a parrocha y a pescado podrido; pero todo esto, ¡con qué arte y con qué soberano conocimiento de las condiciones de la lengua, a la cual se puede vencer y domar por halagos, pero no forzar brutalmente como vil concubina!
No pudiendo recompensar á la mujer con el lujo, huiría de ella, para no ser su deudor y someterse á sus caprichos. Prefería domar al deseo á dejar de satisfacerlo con la grandeza de un señor oriental. Además, ¡estaba tan cansado del amor y de todo lo agradable que puede encontrar un hombre sobre la tierra!...
Sin embargo, lo mas conforme á razon es que todos los cristianos que incitaron á los árabes á esta conquista, i les dieron calor en tamaña empresa, fueron pocos en número, i esos sirvieron de guia al ejército árabe para domar las fuerzas de los que intentaban atajarle el paso.
Estaba enferma; apenas si salía de su hotel; una enfermedad que roía sus entrañas, un cáncer al que había que domar con continuas inyecciones de morfina para que no la hiciera desfallecer y rugir de dolor con sus crueles arañazos. La desgracia la había hecho volver sus ojos a Dios; se arrepentía del pasado, quería verle...
4 porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas; mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grillos desmenuzados; y nadie le podía domar. 5 Siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con las piedras. 6 Y cuando vio a Jesús de lejos, corrió, y le adoró.
El esperado punto es ya llegado Que pide la no vista hechiceria, Para poder domar el no domado Pecho, que domará la ciencia mia. Por la region del cielo estrellado Carro lleva la noche oscura y fria, Y la ocasion me llama, do haré cosas Horrendas, estupendas y espantosas.
Y al repetir con fruición la encontrada palabra, sonreía como un jardín abandonado bajo el primer sol de la primavera que llega. Fernando, ensombrecido por esta negativa, hablaba y hablaba, sosteniendo las manos de la antigua artista entre las suyas, deseoso de inmovilizarla, de domar su resistencia, fijos los ojos en sus pupilas, cual si pretendiese vencerla con un poder de sugestión.
Palabra del Dia
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