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Actualizado: 10 de junio de 2025


Los libros disiparían esos colorcitos tan lindos que tienes en las mejillas, te privarían de la agilidad y la fuerza con que montas a caballo y guías los coches.... Además, yo creo que hay hombres que han nacido para ser guapos, fuertes y divertidos, y uno de ellos eres .

Los planes eran burlarse de una manera feroz de su tío y de su marido, jugar con ellos como el gato con el ratón, descubrir medios de engañarlos y perderlos, que fuesen para ella muy divertidos. Contra el tío ya sabía de tiempo atrás qué armas emplear; echar la casa por la ventana, gastar mucho en el regalo de su propia personilla.

Por fin consiguió Roger ponerlos en paz, y habiendo cesado la lluvia se despidió de aquellos divertidos polemistas. No tardó en divisar grupos de cabañas, campos cultivados y una que otra granja; pero el sol se acercaba á su ocaso cuando el viajero vió á distancia la elevada torre del priorato de Salisbury.

33 Y verlos al cair la tarde en la cocina riunidos, con el juego bien prendido y mil cosas que contar, platicar muy divertidos hasta después de cenar. 34 Y con el buche bien lleno era cosa superior irse en brazos del amor a dormir como la gente, pa empezar el día siguiente las fainas del día anterior. 35 Ricuerdo ¡qué maravilla!

Don José hacía el amor a su mujer echándole ternísimos requiebros entre los aplausos de los divertidos comensales. Doña Laura llamaba a su marido Sardanápalo. El ortopédico había empezado a cantar villancicos, acompañándose de golpes dados sobre la mesa con el mango del cuchillo. Sólo Emilia y Leonor conservaban su amable serenidad, la una obsequiando a Miquis, la otra a Sánchez Berande.

Reinaba la alegría, a juzgar por las sonoras carcajadas que se oían a cada instante y las bromitas que se cambiaban en voz alta. De los más jaraneros y divertidos era mi amigo Villa, que por la confianza que tenía en la casa se autorizaba ciertas libertades, como pellizcar a las muchachas y hacerse abanicar por ellas.

Y, cambiando de rumbo, se ponía a contar aventuras chistosas y pasos divertidos que desarrugaban el rostro de la niña y concluían por hacerla reír a carcajadas. Poco a poco la cesta se iba vaciando y pasando su contenido al armario, que despedía siempre su olor punzante y un poco agrio de lencería lavada.

¡Vamos, vamos, tomad una taza de y retened vuestra lengua, os ruego! dijo la alegre señora Kimble, sintiendo cierto orgullo de tener un marido que la reunión debía considerar como de los más hábiles y divertidos. ¡Lástima que fuera tan irritable cuando jugaba a la baraja!

Allí rezamos un Credo, postrados todos de hinojos; eché algunos cuartos en el cepillo del santuario, volví á montar sobre el macho, y con un «buen viaje» de todos y una mirada de mi señor padre que hizo brotar las lágrimas de mis ojos, partimos mis dos amigos y yo para Salamanca, adonde llegamos sanos y salvos, después de mil divertidos episodios, que tal vez le cuente en otra ocasión, á los diez y nueve días, ocho horas y catorce minutos.

Dejemos nosotros en paz á los señores Sarapamón y Dioscórides, ya que no es posible que devuelvan de lo sustraído ni una lenteja, y procedamos cronológicamente en este rápido recuento. Las conjeturas y los ensueños, no sólo deben de estar permitidos, sino que suelen ser muy divertidos.

Palabra del Dia

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