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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Era doña Inés aficionadísima a disertar y a convencer a sus oyentes y contradictores cuando disertaba. Si por algo se dolía de haber nacido mujer, era por no poder transformarse en predicador o en catedrático.
Ricardo fue a sentarse cerca de los verdugos sin ceremonia alguna, porque ya había tenido ocasión aquella mañana de disertar profundamente una buena hora sobre los nervios de doña Gertrudis.
Máximo respondió tristemente: ¿Quién sabe si no empieza uno por engañarse a sí mismo?... Pero no he querido hablar con usted para disertar sobre psicología sentimental, sino para pedirle perdón. ¿Ha sospechado usted de mí, verdad? dije sonriendo. Así debía ser, pues las apariencias estaban contra mí. Y le importaba a usted poco, confiéselo. No tan poco, puesto que tuve una gran pena.
En seguida comenzaba a disertar sobre los druidas, sobre Odin, Brahma y Pitágoras, haciendo citas latinas y griegas, anunciando la transformación próxima de los del Harberg en lobos, zorros y animales de todas clases. Yo exclamaba seré león, y comeré quince libras de carne de vaca todos los días.
Con mucho gusto, sobrina respondió mi tío doblando inmediatamente su diario. Creí serte grato dejándote entregada a tus pensamientos. ¿De qué vamos a disertar? ¿De la cuestión de Oriente, de economía política, de trajes de muñecas o de las costumbres de los cafres? Todo eso me importa poco, y respecto a las costumbres de los cafres, creo, tío, que sé tanto como vos.
Después de diez años de servicios fieles, así fueron echados la madre de Ramón y su hijo, como ladrones, como asesinos... Y nadie dudó en ese momento de las palabras del médico, a quien el hecho dio tema para disertar largamente sobre los sentimientos perversos de la canalla.
Si no me es dado pues ni disertar científicamente sobre los viajes en general: si no me atrevo á decir á V. pluma á pluma ya que no cara á cara, todo lo bien que pienso, y que si no me engaño pensará el público de su interesante libro: puedo por lo ménos en conciencia, y sin temor de ofender la modestia del que le ha escrito, asegurar que no ganaríamos poco en que todos los jóvenes que viajan lo hiciesen con el fruto que V. y sobre todo en que, comprendiendo la deuda que todos con la patria tenemos, la pagaran como V. haciendo á su pais partícipe del resultado de sus estudios y observaciones.
Al oírle disertar extensamente, unas veces sobre la fuerza repulsiva del sol, otras sobre el radiómetro, ahora sobre el estómago de las plantas, más tarde acerca de la organización y las costumbres de los coleópteros, quedó vivamente asombrado. Adolfo Moreno era un ingenio universal.
Pero Tristán dejó escapar un bufido despreciativo y acto continuo se puso a disertar sobre la decadencia del arte dramático: los autores unos ganapanes que miraban sólo a las ganancias repitiendo hasta la saciedad los mismos chistes y las mismas situaciones, los músicos unos plagiarios que sin pudor fusilaban a los maestros franceses y alemanes, los cómicos unos payasos amanerados insufribles...
Sí, señor, comprendo perfectamente contesté a ver si se callaba, pues ni tenía humor de oírle, ni los violentos balances del buque, anunciando un gran peligro, disponían el ánimo a disertar sobre el engrandecimiento de la marina.
Palabra del Dia
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