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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Cada vez que sonaba la campanilla, parecíale que llegaba otra vez el dichoso hombre aquel con el antipático papelito... ¡Si Bringas se enteraba...! Pensando esto, su zozobra era verdadero terror, y empezó a discurrir el modo de salir del paso. Pocos días antes había tenido casi la mitad del dinero; pero confiada en que no la pasarían la cuenta, habíalo gastado en cosillas para los niños.
Yo estoi persuadido que con este modo de discurrir acerca del rei Fernando V i de los inquisidores, atraigo sobre mí el odio de muchas personas que me acusarán neciamente de mal español, tan solo porque no dejo llevar mi pluma en pos de los errores que hasta ahora han manchado la historia de nuestra patria.
Variedad de ingenios. El buen pensador procura ver en los objetos todo lo que hay, pero no mas de lo que hay. Ciertos hombres tienen el talento de ver mucho en todo; pero les cabe la desgracia de ver todo lo que no hay, y nada de lo que hay. Una noticia, una ocurrencia cualquiera, les suministran abundante materia para discurrir con profusion, formando, como suele decirse, castillos en el aire.
Entendía don Pedro el honor conyugal a la manera calderoniana, española neta, indulgentísima para el esposo e implacable para la esposa. Y a él que no le dijesen: Rita no estaba sin algún enredillo.... Acerca de Carmen y Manolita no necesitaba discurrir, pues bien veía lo que pasaba. Pero Rita....
El 29 Su Majestad se encontró torpe para hablar, torpe para discurrir. Empezaba a reinar en él una indiferencia triste. Le pusieron cantáridas en la nuca. Con esto el Rey de España se reconoció otra vez Rey de España. La mostaza, prolongando un reinado, tomó parte en la historia. Los médicos parecían satisfechos y quisieron ver cenar al Rey.
Reyles, titulada Primitivo. El mérito indisputable de este señor y la novedad exótica de su arte de escribir novelas me mueven a discurrir también por extenso sobre su segunda academia, titulada El Extraño, y a juzgar, por varias razones muy interesante, este estudio. Ya se entiende que si yo no creyera en el valer literario del Sr. Reyles, nada bueno ni malo diría acerca de sus obras.
No porque yo ignorase los preceptos, Gracias á Dios, que ya tirón gramático Pasé los libros que trataban desto Antes que hubiese visto al sol diez veces Discurrir desde el Aries á los Peces; Mas porque, en fin, hallé que las comedias Estaban en España en aquel tiempo, No como sus primeros inventores Pensaron que en el mundo se escribieran, Mas, como las trataron muchos bárbaros, Que enseñaron el vulgo á sus rudezas; Y así se introdujeron de tal modo, Que quien con arte ahora las escribe, Muere sin fama y galardón; que puede Entre los que carecen de su lumbre, Mas que razón y fuerza, la costumbre.
El conocimiento de esta serie de fenómenos que llamamos actos de voluntad, no es un conocimiento general, sino particular; nó abstracto, sino intuitivo. ¿Quién necesita abstraer, ni discurrir, para tener conciencia de que quiere ó no quiere, de que ama ó aborrece?
Sentí la vida en mis hinchadas venas cual lava ardiente discurrir de nuevo, y esperanzas, y dichas, y temores germinar en mi oscuro pensamiento; aspiré de la dulce primavera áuras y aromas en el triste invierno; la existencia encontré fácil y hermosa y de morir me abandonó el anhelo; me sentí renacer cuando ya estaba para el amor y la esperanza muerto, bajo la enorme losa de la tumba que levanté para mi amor primero.
Preguntóles el P. Juan Patricio Fernández si esta laguna iba á desembocar en el río Paraguay, á que respondieron que no sabían, mas un Penoquí de aquellos que se escaparon de las manos de los Mamalucos, añadió que por aquella laguna habían entrado los enemigos á discurrir y registrar el país, y por la banda del Oriente se descubría un arenal, donde desembarcando dichos Mamalucos habían dejado las canoas y tomando camino por tierra, habían ido á caza á los indios Taus.
Palabra del Dia
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