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Actualizado: 7 de julio de 2025
La situacion me hizo comprender que era preciso apelar á la diplomacia. Restablecí la conversación sobre el clero y logré interesar al digno cura castellano.
¿No ha entrado aquí hace un momento Bartolo el de la tía Jeroma? Martinán, dando prueba brillante de diplomacia y corazón, le respondió: Sí; acaba de entrar, pero ha salido sin detenerse por la otra puerta y se ha metido en la pomarada. Firmo quiso seguirle. Martinán le dijo: Es inútil que le busques. La pomarada está más oscura que una cueva y tú no la conoces como él.
No le arredraba el miedo de ser vencido, porque su amor y su misión le darían seguramente coraje; pero convenía proceder con tacto y diplomacia, pensar bien lo que iba a decir para no ofender a su tía, y, si era posible, ponerla de su parte en aquel tremendo pleito.
Contentémonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de 1897. Voy á decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que El Liberal trata hoy, y voy á decirle con sinceridad, con llaneza y hasta con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerará poco diplomático: pero mi diplomacia pasó ya, y agua pasada no mueve molino.
Si yo tuviese una diplomacía y una cortesania que no tengo que no quiero tener, es casi seguro que veria á la esposa de Napoleon, y que a través del alabastro de su semblante, divisaria las sombras que dan vueltas alrededor de su alma; porque, no hay duda, en ese cielo hay nubes.
¡Uffff!... Y ¿qué es de tu mujer? Por ahí anda. Poco entusiasmado te veo. Todo lo que cabe en justicia... No congeniamos..., como era de esperar. Ella tenía sus resabios de casta, y yo los míos; y como no me gusta incomodarme, poco a poco y con cierta diplomacia nos fuimos restituyendo mutuamente la querida libertad, hasta hacer cada uno la vida que más le agrada. ¿Tienes hijos?
¡Tres mil reales! dijo el usurero poniendo la cara de duda reflexiva que para los casos de benevolencia tenía; cara que era ya en él como una fórmula dilatoria, de las que se usan en diplomacia. ¡Tres mil realetes!... Hija de mi alma, mire usted.»
¿Rusa?... Hay quien la conoció de niña en Viena, cantando sus primeras romanzas en un music-hall. Un señor que perteneció á la diplomacia afirma por su parte que es española, pero de padre inglés... Nadie conoce su verdadera nacionalidad; tal vez ni ella misma. Robledo abandonó su asiento,. No era digno de él permanecer allí escuchando silenciosamente tales cosas contra sus amigos.
Asunción y Presentación, que aguardaban coyuntura para dar expansión al comprimido gozo de sus almas, hubieran querido reír como su hermano; pero la seriedad de su madre las tenía mudas de terror. Esta predisposición de usted dijo el Marqués a visitar las Cortes europeas me indica que se siente el niño con inclinaciones a la diplomacia.
Eran querellas de pueblos piojosos, que acaparaban la atención del mundo, distrayéndolo de empresas más serias. ¿Cómo podía interesar este suceso al belicoso consejero? Las dos naciones acabarían por entenderse. La diplomacia sirve algunas veces para algo. No insistió ferozmente el alemán ; es la guerra, la bendita guerra.
Palabra del Dia
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