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Actualizado: 24 de junio de 2025
Item, se da por aviso particular que si alguna madre tuviere hijos pequeñuelos, traviesos y llorones, los pueda amenazar y espantar con el coco, diciendoles: guardaos, niños, que viene el poeta fulano, que os echará con sus malos versos en la sima de Cabra, ò en el pozo Airon.
Y como digo, él estaba entre ellas hecho un Macías, diciéndoles más dulzuras que Ovidio escribió. Pero como sintieron dél que estaba bien enternecido, no se les hizo de vergüenza pedirle de almorzar con el acostumbrado pago.
Que toda esta declaracion la oyó el declarante, igualmente de otro cacique, llamado Imilguir, tambien de tierra adentro, y que no duda de su certidumbre por la ingenuidad con que le hablaban en este particular, pues diciéndoles el que declara: "esos serán los de Chiloé," respondieron: "esos están por ahí abajo, que no ignoramos nosotros para dar esta noticia": lo mismo que repite este declarante á fojas 78, contando los pasages que le ocurrieron al entrar á la laguna de Puyegué.
Había tenido noticia de lo que se trataba y venía desde el billar jadeante, trémulo, como si se tratase realmente del desafío de un hermano. Se dirigió con voz alterada a los padrinos diciéndoles que aquel lance no podía efectuarse, que era necesario arreglarlo y que él estaba dispuesto a hacer cuanto fuese necesario para ello dejando el honor de ambos a salvo.
Por tanto, despachó algunos indios á abrir camino en los bosques de los Taus, los cuales llegando á la última Ranchería de estos, situada á la falda de las sierras de Santa Cruz la Vieja, descubrieron á los Paisanos el intento de su ida, los cuales se lo disuadieron diciéndoles que no podrían tenerse en pie las caballerías por aquellas cuestas tan fragosas y les señalaron un camino no tan difícil, aunque todo de bosque pero todo lleno de arroyos y en algunos lugares se dilataba en fértiles campañas.
Llegada, pues, la hora que le pareció, entró en el pueblo, y en la casa de don Quijote, la cual halló toda alborotada; y estaban en ella el cura y el barbero del lugar, que eran grandes amigos de don Quijote, que estaba diciéndoles su ama a voces: ¿Qué le parece a vuestra merced, señor licenciado Pero Pérez -que así se llamaba el cura-, de la desgracia de mi señor?
Si nuestros caballos lo hicieron ruinmente este día, muchos hubo entre los de á pie que, por tenerles compañía, huyeron muy sin vergüenza, y Capitanes con quien se tuvo gran cuenta. D. Alvaro de Sande los trató muy mal de palabra, diciéndoles que renegaba de la parte que tenía de caballero, si ellos lo eran.
Yo salíme del calabozo diciéndoles que me perdonasen si no les hiciese mucha compañía, porque me importaba no hacérsela. Torné a repasarle las manos al carcelero con tres de a ocho y sabiendo quién era el escribano de la causa enviéle a llamar con un picarillo.
8 Levantándose pues aquellos varones, fueron; y mandó Josué a los que iban para dibujar la tierra, diciéndoles: Id, recorred la tierra, y dibujadla, y tornad a mí, para que [yo] os eche las suertes aquí delante del SE
Las señoras, que aguardaban en la antesala, decían en voz de falsete a las que entraban: «Se está despidiendo, se está despidiendo de su padre... Don Mariano no quiere ir a la ceremonia.» Después apareció otra vez María, risueña y serena como antes, diciéndoles: Vamos, señores; en marcha.
Palabra del Dia
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