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Actualizado: 8 de julio de 2025
No estaba aún completamente decidida Isidora a comprar la libertad con la renuncia total de sus pretensiones. Muñoz y Nones le hizo otra visita, en que charlaron mucho; mas los argumentos de ella eran tan endebles, que el hábil notario los destruía con poco esfuerzo.
Parecieron surgir de pronto músculos ocultos, tendones de irresistible expansión en todos sus miembros. No quiero gimió tristemente, como en presencia de algo que destruía sus ilusiones . No quiero eso... No querré nunca. Ojeda, ante la violencia de estos movimientos de protesta, comprendió que decía verdad.
El joven Roger quiso poner el peso de la Francia en la balanza en que no alcanzaba a pesar bastante el partido europeo civilizado que destruía Rosas, y M. Martigny, tan apasionado como él, lo secundó en aquella obra más digna de esa Francia ideal que nos ha hecho amar la literatura francesa, que de la verdadera Francia, que anda arrastrándose hoy día tras de todas las cuestiones de hechos mezquinos y sin elevación de miras.
Era evidente que existía alguna razón muy poderosa para tratar de impedir que el secreto viniera a mis manos; pero su creencia de que la bolsita ya estaba en mi poder destruía mi sospecha de que este misterioso hombre estaba ligado a la muerte extraña de Burton Blair. Créame, señor Dawson le dije, con la mayor calma, no abrigo temor alguno del resultado de la bondadosa generosidad de mi amigo.
Aunque se conservó en el teatro una parte de las antiguas comedias nacionales, se comenzó entonces á mutilarlas y desarreglarlas arbitrariamente, para que se aproximasen en lo posible al nuevo sistema; se suprimían, por tanto, los papeles de gracioso y cuanto llevaba este carácter; se alargaban á cinco las tres jornadas; se limitaban las mudanzas de lugar, etc., sin advertir que, con tales innovaciones, se destruía el organismo entero de estas obras.
Refrenaba todas sus tentaciones, comenzando por la de morir, y con el furor de un iconoclasta, destruía dentro de sí todas las imágenes de las cosas y de los seres. Años hacía que vivía así, cuando ella se le apareció. Y allí la volvía a ver, en el carruaje que subía lentamente la cuesta, acompañada de otra dama: sus miradas se cruzaron rápidamente.
A cual indio le toma la hamaca, A cual el pellejuelo que tenia, A cual, si le replica, allí le saca La manta con que el triste se cubria. Al fin, en la pared no deja estaca, Que todo cuanto halla, destruia, Y no contento de esta tal destroza, Enojo dá al que tiene muger moza. El Juan Ortiz aquí se regalaba, Y no tengais temor, pues que le duela Saber como su gente lo pasaba.
Ella era en realidad la que destruía las obras. El español cerró los puños. Se acordó del estanciero Rojas y lo que éste se proponía hacer con su rebenque para castigar las maldades de aquella hembra.
Si por una parte, algo de la mezquita se destruía, ¿cómo negar por otra que hay no poco de poético y de sublime en la idea realizada de levantar en medio del más espléndido santuario del islamismo y del arte oriental otro magnífico santuario, según el gusto europeo, más adecuado al culto y glorificación del Dios trino y uno? No negaré yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arábigas.
A veces, cuando con palabras envenenadas y corrosivas profanaba, vilipendiaba, destruía su fe; cuando le demostraba que nada existe fuera del mal; que los únicos remedios son el hierro, el fuego, la muerte; cuando la incitaba a dejarme, a traicionarme, a perderse, sentía operarse en mi interior una reacción violenta, y el llanto me acudía a los ojos. Pero yo ocultaba mis lágrimas.
Palabra del Dia
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