United States or Latvia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Consignarémos al efecto los siguientes síntomas: inflamacion y erosion del borde libre de los párpados y de los ángulos, con mucosidades palpebrales; la otitis subaguda con flujo abundante; ulceracion de las narices; costras en la nariz y mucosidades nasales en mayor cantidad; granos en la cara, en la nariz, en los labios, en las nalgas; sabañones, inflamaciones erisipelatosas en las piernas y otras partes; síntomas escorbúticos y aftas en la boca, leucorreas corrosivas; vesículas, en fin, purulentas y corrosivas, erupciones herpéticas.

Tiene esta sal casi las mismas propiedades que el oro metálico, y ataca con mas eficacia á la gota, los granos de mal carácter en los labios, los chancros y las úlceras corrosivas, las lesiones de tejidos, muchos accidentes tenaces de la sífilis ó del abuso del mercurio. Se adapta mejor, en fin, á los efectos producidos por los pesares.

La belladona tiene propiedades recomendables para tratar las úlceras corrosivas, el lupus vorax y las afecciones ulcerosas que suceden á las induraciones linfáticas, aun en el cuello del útero, lo cual ha hecho que se la recomiende en el cáncer de la matriz. En todos estos casos los bordes están endurecidos, sensibles y rubicundos, y la rubicundez se estiende y desaparece gradualmente.

2.º En el coriza que siempre está acompañado de oftalmía ó de otitis, ó de un estado catarral general: este estado es húmedo en su principio, con secrecion mucosa abundante, pesadez de la cabeza y lágrimas corrosivas; la eufrasia corresponde tambien al romadizo, á la epistaxis, á la escoriacion de las narices.

La inflamacion tiene un carácter maligno, con rubicundez lívida, quemazon y tendencia á la gangrena. La propiedad de los dolores de arsénico es la de calmarse por la aplicacion del calor esterior. Las secreciones en general son acres, corrosivas, quemantes, con especialidad en el coriza y la leucorrea.

A veces, cuando con palabras envenenadas y corrosivas profanaba, vilipendiaba, destruía su fe; cuando le demostraba que nada existe fuera del mal; que los únicos remedios son el hierro, el fuego, la muerte; cuando la incitaba a dejarme, a traicionarme, a perderse, sentía operarse en mi interior una reacción violenta, y el llanto me acudía a los ojos. Pero yo ocultaba mis lágrimas.

Esos muros, esas arcadas revestidas de hiedra, esos zócalos musgosos, esas columnas ennegrecidas, esos vagos relieves, esos frisos ruinosos, esas cornisas rotas, ese naufragio, esa ruina, esas piedras grises, ¡ay! ¿es esto todo lo que queda de famoso y de colosal? ¿es esto todo lo que las horas corrosivas han perdonado, todo lo que ellos nos han dejado al Destino y a mi? «No.