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Actualizado: 24 de junio de 2025
Cuando Mendive salió para España a cumplir condena, Martí, a quien la existencia se le quedó por esa causa como sin luz y sin guía y sin amparo, empleose, con el fin de ayudar a su padre, siempre gruñón y descontento de él, en el escritorio de don Cristóbal Madan, antiguo amigo del bardo desterrado. A su vez, Martí seguía sus estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza.
En realidad no podía usted saberlo... Nuestro Simón no había nacido entonces todavía... Se ha hecho aguardar un poco, pero de todas maneras ha sido en nuestra casa el bienvenido, ¿no es verdad, señora Princetot? La señora Miguelina parecía disgustada por la charla de su marido; su plácido rostro de mujer devota tomaba una expresión de vivo descontento y sus labios se plegaban con gesto nervioso.
Al principio este odio se exteriorizó por una serie de fruncimientos de cejas, de sonrisas sarcásticas y de bufidos desdeñosos en cuanto aquel impostor entraba en parlamento. Después comenzó García a hacer círculos en tomo de él como un ave de presa alrededor de su víctima y a expresar en voz bien perceptible su descontento, haciendo ademán de dirigir la palabra a Tristán.
Así que conociendo ellos tan menudamente el estado de los príncipes, en su ánimo i estimacion les disminuyen el crédito, i con otros principes i el pueblo les quitan la reputacion, á los que ellos quieren hacer odiosos, i finalmente alborotaban y levantaban sus tierras, y tanto mas, cuanto por el mismo camino de las confesiones conocen lo mas íntimo de los ánimos de los vasallos, y saben el que es bien afecto al principe, y el que está mal satisfecho, y descontento; de donde por las relaciones que tienen de las cosas de estado, pueden fácilmente sembrar cizaña entre principes y ocasionarles mil sospechas y recelos.
Sólo ruego á V. que se vaya. Váyase V. hoy mismo. El interés que el Comendador le mostraba, su empeño de que se fuese, la decisión con que se entrometía en sus asuntos, todo chocaba á D. Carlos y le tenía desconfiado y descontento.
Supongo que lo mismo les ocurre a todos los hombres y a todas las mujeres que llegan a cierta edad sin darse cuenta clara de que la felicidad completa no puede existir en la vida. En la vaga tristeza de las horas sombrías del crepúsculo, el hombre descontento busca un objeto definido y lo encuentra en la privación de un bien del que nunca ha gozado.
Pero en vano se estuvo allí plantado otro buen rato, apoyándose en la carabina, en actitud meditabunda. Rosa no tuvo a bien presentarse. Otra vez se vio precisado a marcharse, ahora más descontento y cabizbajo. Al llegar al sitio de antes, Rosa volvió a cantar.
Hay que perdonarme que me gusten los elogios y que sea sensible a las dulces palabras. Es un defecto común a todas las mujeres. Habíamos llegado al sitio habitual de separarnos y me fui con Lacante y con su hija. A pesar de haber hecho las paces con Luciana, no estaba contento. La había encontrado dura en su defensa y fría en sus promesas. Ella, por su parte, conservaba un secreto descontento.
La música, los aplausos, las voces y el murmullo constante del café formaban un run run tan insoportable, que el buen D. Evaristo creyó que se le iba la cabeza, y que caería redondo al suelo si permanecía allí un cuarto de hora más. Decidió retirarse, descontento de no haber encontrado solo a Juan Pablo, pues delante del farmacéutico no podía hablar del espinoso asunto que entre manos traía.
Si á mi vez he cometido un crimen, yo responderé de él... Pero esta lucha me ha destrozado y ya no puedo más. 4 de octubre. El señor Laubepin llegó, en fin, ayer noche. Vino á apretarme la mano. Estaba preocupado, brusco y descontento. Hablóme brevemente del matrimonio que se preparaba.
Palabra del Dia
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