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Actualizado: 19 de junio de 2025


Todos los trabajos que se hicieron para hacer declarar otra cosa a D.ª Rafaela resultaron infructuosos. Cuando regresaban a su casa tropezaron a D. Dionisio Oliveros que salía de ella. El poeta venía a ponerse a disposición de sus amigos. Abrazó conmovido a Mario, y éste tuvo la satisfacción de escuchar de su boca estas palabras aladas: ¡Qué tremenda desgracia pesa sobre su cabeza, amigo Costa!

Sin hacer caso de las quejas de su madre sobre la inferioridad de la posición, la escasez del sueldo y la tristeza del país, «un agujero en el que se iban a morir de aburrimientoJulieta la calmó dulcemente como a un niño, más aún por sus caricias que por sus palabras, y la buena señora acabó por declarar que estaba pronta, por su hija, a todos los sacrificios.

Es su ahijado, su ahijado se apresuró a declarar Julián, que desearía ponerle al chico un tapón en aquella boca risueña, de carnosos labios cupidinescos. No pudiendo hacerlo intentó sacar la conversación de terreno tan peligroso. ¿Para qué querías los huevos? Dilo y te doy otros dos cuartos, anda. Los vendo declaró Perucho concisamente. Con que los vendes, ¿eh?

Sin embargo, la medalla tiene un reverso, y debo declarar que me he endeudado un poco; me cobran algo más de lo que había supuesto, pero parece que siempre sucede eso cuando se manda hacer alguna cosa. Pensaba comprarme un abrigo este invierno; pues bien, Dios mío, haremos abstracción de él; he ahí todo. ¡Oh, ! su alegría es para mi uno de los mejores recuerdos de aquel tiempo.

Cuál fuese después en las Indias, no me parece lo podré declarar mejor ni con prueba más cierta y convincente, que con el universal sentir de toda esta provincia, que le acomodó aquellas palabras copiossisime Sanctus, con que San Agustín epilogó las virtudes de su grande amigo San Paulino, fundado este concepto tan alto en el grande celo, humildad profundísima, ardientísima caridad, trabajos apostólicos, desprecio de mismo y de su vida y otras heroicas virtudes, que conservó invariablemente en el largo espacio de cuarenta y uno ó cuarenta y dos años que aquí gastó en servicio de Dios y provecho de las almas.

Confuso el hebreo se vió precisado á declarar la verdad, y el juez mandó que le pusiesen atado á la piedra, sin comer ni beber, hasta que restituyese las quinientas onzas de plata que pagó al instante; yel esclavo Zadig y la piedra se grangeáron mucha reputacion en toda la Arabia. La hoguera.

Porque lo que menos sospecha él es la verdad; y como el caso es que yo he faltado de casa toda la mañana, y no quiero declarar lo que me ha sucedido, ni puedo convencerle de que no me ha sucedido nada... ¿No le parece a usted que lo más llano sería descubrirle?... ¡No lo descubra usted, por todos los santos del cielo, Nieves! la suplicó Leto con el alma entre los labios.

De la impasibilidad con que la arrostró, de cuán sereno estaba, de cómo se negó a declarar cosa alguna, de cuán legales eran las disposiciones del comité, de todo se trató debidamente en el pregón de Red-Dog, con el aditamento de una amonestación moral a modo de lección para todos los futuros malhechores, y ya que el editor estaba presente, a su vigoroso inglés remito de buena gana al que me lee.

13 Mas si no me lo supiereis declarar, vosotros me daréis las treinta sábanas y las treinta mudas de vestidos. Y ellos respondieron: Propon tu enigma, y lo oiremos. 14 Entonces les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura.

Se ensució mucho papel y medio pueblo fué á declarar; pero nadie sabía nada. ¿De qué matrícula era el barco? Silencio; nadie le había visto los folios. ¿Quiénes lo tripulaban? Unos hombres que al varar habían echado á correr tierra adentro. Y nadie sabía más. ¿Y el cargamento? dije yo. Lo vendimos completo. Usted no sabe lo que es la pobreza.

Palabra del Dia

rigoleto

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