United States or Philippines ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se ensució mucho papel y medio pueblo fue a declarar; pero nadie sabía nada. ¿De qué matrícula era el barco? Silencio; nadie le había visto los folios. ¿Quiénes lo tripulaban? Unos hombres que al varar habían echado a correr tierra adentro. Y nadie sabía más. ¿Y el cargamento? dije yo. Lo vendimos completo. Usted no sabe lo que es la pobreza.

Los que le tripulaban, no bien distinguieron la bandera de Portugal, trocaron su recelo en alegría y se pusieron al habla con los de la nave. Pronto el que mandaba el esquife fugitivo subió a bordo de la nave y llegó a la presencia de Morsamor.

A costa de grandes sudores conseguían un ligero balanceo del gran navío que tripulaban y entonces era cuando se creían bogando a toda vela por mares nunca navegados. Germán gritaba: ¡Orza!... ¡a babor, a estribor! ¡hombre al agua!... ¡un tiburón!... Pero tampoco era aquello lo que quería Anita; quería marchar de veras, muy lejos, huyendo de doña Camila.

Con esto queda explicada la maravilla que valió el dictado de embusteros á los antiguos navegantes. Según éstos, habíanse encontrado con un pulpo gigantesco que, arrojándose sobre el combés, abrazó con sus prodigiosos brazos los mástiles y el cordaje, é hiciera presa de la embarcación devorando á cuantos la tripulaban, si éstos no hubiesen cercenado aquellos miembros á hachazos.

Las otras dos se hicieron astillas en la playa, donde las habían varado para recorrerlas un poco, con un marejón tremendo de Levante, cosa rara aquí, que se les fue encima una noche, de repente. Los dueños se quedaron sin ellas, y los pescadores que las tripulaban a la parte, tan satisfechos.

Entre estos «chicos» heridos en la guerra, que habían pasado á la reserva naval y tripulaban el Mare nostrum, uno era distinguido por la predilección del viejo. Podía hablarle en español, á causa de sus navegaciones trasatlánticas, y además había nacido en Vannes.

Casi a la mitad del camino tenían estos una fortaleza, donde había bastantes arcabuceros y algunas bombardas, cuyos disparos impidieron a las fustas seguir adelante y mataron a cuatro de los hombres que las tripulaban. Ansioso Jorge Brito de tomar venganza desembarcó con sus trescientos soldados, entre los cuales había no pocos ilustres y valerosos caballeros de la corte del rey don Manuel.

Si no se encendía á la hora acostumbrada, si sobrevenía el mal tiempo, le acusaba, le reprendía. «¡Ah! ¡Cordouan! ¡Cordouan! ¿No puedes traernos, blanco fantasma, más que huracanes?» Y, sin embargo, creo que debimos á él, en la tempestad de octubre, la salvación de nuestros treinta hombres. La embarcación se hizo trizas, mas se salvaron los que la tripulaban.

Acaso bastó a destrozarla el furor de los vientos y de las olas. Acaso fue a romperse, chocando contra oculto bajío. Ello es que la nave, desbaratada la trabazón de sus tablas se deshizo en pedazos. Cada uno de los que la tripulaban luchó por la vida y procuró salvarse como pudo.

Cercado este buque el 2 de Octubre de 1753 por 33 embarcaciones de Mindanaos Illanos, se bate con valor temerario, hasta el momento en que persuadido Figueroa de que la victoria era imposible por haber el enemigo invadido la galera, dió fuego al pañol de pólvora destruyendo así las naves piratas, al mismo tiempo que perdían la vida los 52 bizarros marinos que tripulaban la Santiago.