Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de julio de 2025
He sufrido tanto, sufro todavia tan cruelmente imirame! ila muerte no te ha cambiado tanto, como yo debo parecerlo a tu vista! tu me amaste demasiado tiernamente y mi amor era digno del tuyo. No hemos nacido para atormentarnos uno y otro de este modo por culpable que haya sido nuestro amor.
El joven pensaba que los frailes habían tenido miedo a las exaltaciones del señor Vicente, comprendiendo que su santa locura un tanto andariega no podía permanecer en un convento. Pero vivo lo mismo continuó que si perteneciese a una orden. Tengo mi regla. Un señor sacerdote me escribió en un papel lo que debo hacer a todas horas, y sigo sus indicaciones, bajo pena de desagradar al Señor.
Y usted, don Manuel, ¿qué piensa hacer esta tarde?... ¿Por qué no me acompaña en mis visitas á los modistos, y así podrá hablar con motivo de la frivolidad de las mujeres?... Robledo no aceptó la proposición. Debo ver á un antiguo condiscípulo que desea mi ayuda para un negocio. El pobre no ha hecho fortuna.
Comprendió también que era un joven distinguido, rico é influyente, y su admiración tuvo mucho de respeto. ¿Pero á qué circunstancias debo este gran favor que usted me ha hecho? decía Lázaro. Quiero saber cómo podré pagar....
Ayudome a conducir al pobre Carlos a su coche, y entonces recobró el uso de sus sentidos. Cuando supo lo que acababa de hacer, dijo: Te debo dos veces la vida; olvidemos la primera, y no pensemos más que en el porvenir.
En el momento en que iba a subir al carruaje se encontró por casualidad solo conmigo algunos segundos. Me tomó la mano y murmuró: ¿No revelarás una sola palabra? ¿Puedo contar con ello? Hice un signo de afirmación enérgica. ¿Y me escribirás pronto? Seguramente. ¿Adónde debo dirigirte la respuesta? Me quedé azorada: no había pensado en ello.
Así, pues, calma ese ardor, Blasillo; se trata seguramente de algún buque que ha zozobrado y que pide auxilio. Pero se equivoca; lo que hice ayer por ti, Blasillo, no lo hubiese hecho ni lo haré jamás por nadie. Le debo la vida una segunda vez, comandante; sin usted, sin la tempestad que me arrojó a su paso, yo me hubiera hundido con la desgraciada canoa en que navegaba al dejar la tartana.
Ayer aún pude subir solo a la cubierta; hoy han tenido que empujarme escalera arriba unos amigos. Debo estar blanco como un papel, ¿verdad, señor?... No tengo fuerzas para andar, ni deseos de comer.
Debo tomar el tren y marcharme a Córdoba. ¿Y con qué dinero, Virgen Santísima? Vaya, que mi tío se porta... Tantas promesas y tan poca substancia. ¡Ah! ¡Señor Canónigo, cómo se conoce la avaricia! Temo presentarme a mi abuela con esta facha innoble. Ya mis botas no están decentes, ya mi vestido está muy cesante, como dice la Sanguijuelera.
Yo soy tu padre, Gonzalo, y debo padecer contigo... Además, mi presencia hacía falta... Me han dicho que vas a batirte con ese... ¡con ese pirata! ¿Es verdad? No... por ahora no hay nada respondió el joven con alguna vacilación. ¡No me engañes, Gonzalo! Ese desafío no puede realizarse. Vengo resuelto a impedirlo. No hay nada, tío. Sosiéguese usted. Es inútil que me engañes.
Palabra del Dia
Otros Mirando