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El conde era visita de la casa de Quiñones, pero sólo iba de tarde en tarde, con motivo de algún cumpleaños, entrada de año, etc. Sin embargo, Quiñones alimentaba por él profunda simpatía. Bastaba que perteneciese a la nobleza para que el linajudo hidalgo le juzgara superior en todos conceptos a los demás seres de la población.

Entretanto llega eso, que dudo que llegue, ¡benditos sean los ricos, como ustedes, que administran en beneficio de los pobres la riqueza, como si no les perteneciese, ya que sólo a Dios pertenece! El padre Alesón emitió un suspiro que, a causa de lo aflautado de la voz, parecía más de monja que de fraile.

Si perteneciese Lope á esta clase de poetas, satisfaría nuestra curiosidad como raro fenómeno en los anales de la literatura; pero dejaríamos sin pena que sus obras se enmoheciesen en el polvo de dos siglos, amontonado sobre ellas.

La profesora acogió estas palabras con una larga pausa, durante la cual sus anteojos de concha lanzaron un brillo amable que parecía acariciar al gigante. Pensaba, sin duda, que este hombre grosero y de aspecto monstruoso era capaz de decir cosas ingeniosas, como si perteneciese al sexo inteligente, ó sea el femenino.

Si la sensacion perteneciese á un ser compuesto, lo sensible no seria un ser solo, sino un conjunto de seres; es así que la sensacion pertenece esencialmente á un ser uno, y no se la puede dividir sin destruirla, luego ningun ser compuesto es capaz de sensacion; luego la materia, por mas bien organizada que se la suponga, no puede sentir.

El presidio, la exposicion á la vergüenza pública, son penas que el hombre falto de educacion, y del sentimiento de dignidad, sufre con harta indiferencia; sin embargo un criminal que perteneciese á cierta categoría preferiria mil veces la muerte.

Se amontonaban ante las tres dobles mamparas que dan acceso á las salas de juego. Todo el que perteneciese á las fuerzas de mar y tierra de cualquiera nación no debía pasar de aquí: los militares sólo podían entrar en la sala de espectáculos y el atrio del Casino.

Nadie podía entrar en él que no perteneciese á su tripulación. Las familias de los marineros esperaban á éstos en el muelle, y Caragòl tuvo ocasión de conocer á muchas bretonas, madres, hermanas ó prometidas de sus nuevos amigos.

El más hermoso de los frutos era el que ellos se ofrecían, y cuando uno cometía una falta, su madre tenía que castigar a los dos, porque el uno no quería acusar al otro. Más tarde se enamoraron de la misma mujer, y la mataron para que no perteneciese a ninguno de los dos. Eran españoles, perdonadles.

Juan Pérez de Montalbán era hijo de un librero de Madrid, en donde nació en el año de 1602 . Parece que, desde su juventud, fué particularmente favorecido por Lope de Vega, y que vivía en el seno de su familia como si en realidad perteneciese á ella.