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Actualizado: 19 de mayo de 2025
No lo podía evitar: tenía esa vanidad madrileña que pretende cubrir con perifollos de seda la falta de ropa blanca, y que prefiere el adorno de la sala al cuidado de la alcoba. Pepe participó también, en cierto modo, de ese sentimiento que tiende a ocultar al prójimo la propia miseria.
Necesitaba poner por testigo al Señor del cielo para expresar su turbación y su asombro. ¡Un Febrer queriendo casarse con la payesa de Can Mallorquí!... El mundo ya no era el mismo: parecían trastornadas todas sus leyes, como si el mar estuviera próximo a cubrir la isla y los almendros floreciesen en adelante sobre las olas. ¿Pero se había dado cuenta don Jaime de lo que significaba su deseo?...
En cierta ocasión, estando confesándose, le dijo el cura: «sea usted modesta en el vestir y no haga ostentación de esas naturalezas...». «¿Qué, señor?». «Eso, la delantera». Por esto, al oír hablar de Naturaleza y de pecado, creyó que se referían a aquellas partes que debe cubrir el recato, y dijo escandalizada: «¡Vaya unas conversaciones indecentes que sacan ustedes!». «Indecentes no, hija».
Los cabos, ó puntas de estos fierros ó aceros se han de apretar y ajustar y en los medios se han de abrir ó apartar uno de otro hasta que los cabos vengan á igualar con las extremidades del diámetro de la brújula, y así quedarán los aceros cuasi en figura oval . Estos fierros se han de pegar por la parte baja de la brújula, de manera que las extremidades ó puntas vengan precisamente por la línea del Norte-Sur, y para fijarlos así, se han de cubrir con un papel delgado engrudado, dejando las puntas ó extremidades descubiertas.
El legado de tu abuelo no alcanza a cubrir tus necesidades en el pie en que estás educada y has vivido hasta aquí; y en cuanto a lo restante de nuestros bienes, tan embrollado hoy, ¿cómo estaría mañana en manos de una mujer sin experiencia y sin amparo?
Los viejos retratos de la familia fueron a cubrir las paredes de los últimos cuartos, incluso el de mi tía, que había reinado veinte años en la pared principal del salón.
Tienen el aspecto de antiguos habitantes de la ciudad que han ido á pasar el resto de su existencia en el campo, dejándose cubrir por las petrificaciones ásperas y saludables de la vida rústica. Tal vez fueron pequeños tenderos; tal vez ganó él su retiro en una oficina.
Además, su tenacidad consideraba esta huída como algo vergonzoso. «Hay que terminar lo que se empieza», repitió mentalmente. El había hecho el viaje para guardar lo suyo, y no debía huír al iniciarse el peligro... Cuando en la mañana siguiente bajó al pueblo, apenas vió soldados. Sólo un escuadrón de dragones estaba en las afueras para cubrir los últimos restos de la retirada.
Estaba en una sala baja, fresca y obscura, y cuando yo entré se ocupaba en armar unas flores de altar. ¿Se había entregado a la devoción? Vestía completamente de blanco, y a la exigencia de la moda se unía el rigor de la estación para que aquel ligero traje fuera nada más que lo absolutamente necesario para cubrir su hermoso cuerpo.
No entiendo de esos negocios infernales, estoy acostumbrado a los tratos sencillos del comercio a la antigua, pero no desconozco lo fácil que es quedarse los bolsistas en medio de la calle de la noche a la mañana. ¿Y puedo yo estar tranquilo...? Al principio, Antonio era prudente y no exponía gran cosa; pero la ganancia le ciega, y ahora... ¿sabes? me he enterado de que se mete tan hondo, que si la fortuna le volviese la espalda, en veinticuatro horas quedaba limpio, sin cubrir sus compromisos, y por tanto, deshonrado.
Palabra del Dia
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