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Actualizado: 29 de junio de 2025
Y observando que la marea crecia con velocidad, y que estabamos en media marea, sale á la barra á hacer las señas prevenidas para entrar el bergantin que llevó el bote por su proa, y dió fondo dentro del espresado rio en tres brazas de agua, y soltando la gente en tierra hallamos perdices, liebres y muchos lobos de aceite, con que se divertió la gente en matar algunos, aumentando la alegria de haber entrado.
Cada uno se echó bajo un algodonero, acompañando con su jadeo los golpes sordos de la azada. Entretanto el calor crecía. En el paisaje silencioso y encegueciente de sol, el aire vibraba a todos lados, dañando la vista. La tierra removida exhalaba vaho de horno, que los peones soportaban sobre la cabeza, rodeada hasta los hombros por el flotante pañuelo, con el mutismo de sus trabajos de chacra.
No, si se arrima de esta banda, yo le diré cuántas son cinco. Y yo. Y yo. Así crecía la hostilidad y se amontonaban densas nubes sobre la cabeza de la apóstata, a quien por el color de su tez biliosa y de su lacio pelo, por lo sombrío y zaíno del mirar, llamaban Píntiga, nombre que dan en el país a cierta salamandra manchada de amarillo y negro.
Y la viuda se crecía al hacer tales ofrecimientos, adoptando una actitud teatral y asegurando que realizaría tal conquista, aunque para ello necesitase de algún tiempo.
Eran sus razones cariñosas en demasía, y mucho mas quando ámbos se miraban. Memnon tomaba muy á pechos sus asuntos, y á cada instante crecia en él el anhelo de servir á tan hermosa y desdichada persona.
Quedose reducida la familia a lo que trabajase el señor Rosendo: el real diario que del fondo de Hermandad de la Fábrica recibía la enferma no llegaba a medio diente. Y la chiquilla crecía, y comía pan y rompía zapatos, y no había quien la sujetase a coser ni a otro género de tareas.
Después de llevarse el dedo á la boca, y de muchas negativas de responder á las preguntas del buen Sr. Wilson, la niña finalmente anunció que no había sido creada por nadie, sino que su madre la había recogido en un rosal silvestre que crecía junto á la puerta de la cárcel.
Los médicos declararon al P. Jacinto que había sobrevenido un grave impedimento á la circulación de la sangre en el mismo corazón, y que, si crecía el impedimento, se seguiría la muerte. El padre dejó percibir á Clara aquel terrible pronóstico, con la mayor delicadeza que pudo, y confesó y administró á la paciente.
Así el trigo recibía mejor sabor, y aunque por fuera quedaba seco, guardaba por dentro algo del líquido, y se esponjaba y crecía en peso y en volumen.
Y mientras abajo sonaba el ruido confuso y gárrulo de las despedidas y preparativos de marcha, y detrás el estrépito de los que corrían en la galería, y allá en el cielo, de tarde en tarde, el bramido del trueno, la Regenta, sin notar las gotas de agua en el rostro, o encontrando deliciosa aquella frescura, oía por la primera vez de su vida una declaración de amor apasionada pero respetuosa, discreta, toda idealismo, llena de salvedades y eufemismos que las circunstancias y el estado de Ana exigían, con lo cual crecía su encanto, irresistible para aquella mujer que sentía las emociones de los quince años al frisar con los treinta.
Palabra del Dia
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