United States or Marshall Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Amamos, queremos ser amados, caemos a los pies de una mujer, y le ofrecemos el corazón, la vida, el alma, y luego, cuando somos correspondidos, cuando la dicha y la felicidad nos sonríen, olvidamos nuestras promesas más sinceras, nuestros juramentos más sagrados.

Pero si creéis que ese amor mío ha de ser parte para que yo me olvide de mi honra, a la menor señal que en mi desdoro hagáis, morirá mi amor para que ocupe su lugar el menosprecio. A lo cual contestó él con este cuarteta, que se salió sola y sin licencia suya de su enamorado pensamiento: Amores que son del alma hacen callar los sentidos; que en verse correspondidos alcanzan su mejor palma.

Con esta adoración resuelta, con este prurito de ser correspondidos, se habían hallado muchos, o simultánea o sucesivamente. Ninguno había llegado a explicaciones. Doña Luz se supo componer de suerte que no se había visto nunca en la dura necesidad de dar formales calabazas, ni de excitar el resentimiento que esto trae consigo. Era difícil hablar a solas con ella.

Justina, hija de una mártir cristiana, es elegida para este objeto, y para ser también la segunda víctima del infernal corruptor. El plan se pone al punto en ejecución. Floro y Lelio, dos jóvenes enamorados ciegamente de Justina, pero no correspondidos por ella, invocan la mediación de Cipriano. Este accede á sus ruegos, pero siente en seguida una pasión furiosa por la bella cristiana.

Matilde fué desde un principio una esposa modelo; pero los besos apasionados que yo le daba jamás eran correspondidos; jamás posaba su mirada sobre con cariño, y todos los pequeños sacrificios que por ella hacía ni siquiera eran notados, mucho menos agradecidos... En fin, llegó el día amargo en que la sospecha se tornó en certeza.

Como su trato es harto fácil, y no abriga más malicia que la que cabe en veintidós años, todos los jóvenes que la ven se creen con derecho a ser correspondidos; y como al llegar a ella se estrellan desgraciadamente los más de sus cálculos en su virtud porque aunque la ves tan loca al parecer, en el fondo es virtuosa, los unos han dado en llamar coquetería su amabilidad, los otros, por venganza, le dan otro nombre peor.

El bendijo el pendon real en la capilla mayor cuando con las ceremonias y solemnidades acostumbradas fué aclamado en Córdoba el rey D. Felipe IV. El dió la bendicion solemne á la ciudad, y despues llevó á su palacio á todo el cabildo para que viese la aclamacion hecha en la Torre del Homenage y Campo Santo desde un tablado que para este fin tenia prevenido, contemplando toda la ceremonia sin fatiga hasta el acto de enarbolar el pendon real por el nuevo rey. ¡Con cuánta solicitud y cariño correspondia el cabildo á sus contínuas mercedes, fomentándose en la por tantos títulos ejemplar iglesia de Córdoba esa envidiable armonía entre los prebendados y el prelado, que tan noblemente la distingue, y en que la reverencia, el obsequio y el amor que se tributan por un lado, son correspondidos con igual estimacion y fineza por el otro!