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Actualizado: 21 de junio de 2025


Mientras Novoa sonreía otra vez, el coronel insistió en su admiración. ¡Parece imposible que la ruleta haga tantos milagros!... Y sólo podemos hablar de lo que esta á la vista. El juego ha costeado ese puerto de La Condamine tan bonito: un puerto de yates, con sus muelles elegantes que son paseos. Debe haber intervenido igualmente en la restauración del castillo de los príncipes.

Se habian acogido á esta poblacion muchos fugitivos de las provincias inmediatas, que atemorizados de los estragos que ocasionaba el tirano, no pensaban sino en salvar sus vidas por aquel medio: y cuando estaban imaginando abandonar la ciudad, y que era en vano intentar resistir al rebelde, lo impidió D. Manuel Villalta, corregidor de Abancay, que habia servido en el real ejército con el grado de Teniente Coronel.

Coronel Andrés Hernández. Coronel Roberto Méndez Peñate. Coronel Manuel Lores. Coronel Aurelio Hevia. Coronel Cosme de la Torriente. Coronel Carlos Mendieta. Coronel Baldomero Acosta. Coronel Manuel Miares. Coronel Francisco Martínez. Coronel Octavio Giberga. Comandante Alberto Barreras. Capitán José Aranda. Teniente Francisco Aranda. Sr. Antonio Pardo Suárez. " Erasmo Regüeiferos.

Lo cierto era que Fulgosio, el coronel, nunca había presenciado un duelo a pistola, aunque él aseguraba haber asistido a muchos, y Ronzal y Bedoya en su vida habían intervenido en semejantes negocios. Frígilis sólo había visto el duelo frustrado de Mesía. Aquellas condiciones las había copiado el coronel de una novela francesa que le había prestado Bedoya.

, partida completa repuse; estaba furioso y me alegraba de haber despachado a dos de aquellos truhanes. Y con eso les ha caído también algún trabajo a los restantes prosiguió el coronel. ¿Cree usted que lo han reconocido? Al recibir la estocada el segundo, le exclamar: «¡el Rey!» ¡Bravo! No vamos a darle poco que hacer a Miguel el Negro.

Yo estoy al tanto de todo, y conmigo, caballero, no valen los misterios. Juro a usted, señora, que no soy el que usted supone. ¿Ni tampoco el coronel D. Juan Bautista 6 Campos, que tiene en el hueco de la mano, como quien dice, a los voluntarios realistas de media España? Tampoco.

Hablando de América, la había recorrido de un cabo a otro, había cazado tigres con el presidente de Guatemala y se había batido en calidad de coronel contra el ejército de San Salvador.

Hizo un esfuerzo el coronel para contener su sorpresa... que había visto más de cien duelos; pero era en las obras dramáticas, sobre las tablas, entre cómicos, que dan á los preparativos del encuentro una lentitud ceremoniosa para prolongar la ansiedad del público. Debió adivinarlo al oir sus disparates. ¡Cómo se había burlado de él!...

No puede darse mejor juego decía un filósofo de altas botas y brazos hercúleos. Si el coronel mata a Flash, venga a la señora de Galba; si Flash tumba al coronel, Galba queda vengado en lugar suyo. Así es que con un juego tal no se puede perder.

Alrededor del lecho estaban los dos médicos, Frígilis que tenía lágrimas heladas en los ojos, Ronzal, estupefacto, y el coronel Fulgosio lleno de remordimientos. Bedoya había acompañado a Mesía, que pocas horas después tomaba el tren de Madrid, tres días más tarde de lo que Frígilis había pensado.

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