Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 21 de noviembre de 2025


Este último trozo del Bermejo fué navegado tambien por el coronel Arias, acompañado del P. Morillo, que se le juntó en Lacangayé; y por consiguiente esta excursion debe considerarse como el complemento del viage de aquel religioso.

Efectivamente, razón tenía. Su hijo, el coronel Maza, tenía tramada una conspiración en que entraba todo el ejército, y después Rosas decía que había muerto al anciano padre por no darle el pesar de ver morir a su querido hijo. Pero aun me falta entrar en el vasto campo de la política general de Rosas con respecto a la República entera.

Todo fué uno el pronunciar estas palabras, y volar gritando: Plaza, plaza al reverendo padre coronel. Donde se da cuenta de los sucesos de nuestros dos caminantes con dos muchachas, dos ximios, y los salvages llamados Orejones. Ya habian pasado las barreras Candido y su criado, y todavía ninguno en el campo sabia la muerte del jesuita tudeseo.

Era la curiosidad del preso ó del enfermo, que agranda el interés de las cosas con una desorientación producto de la inmovilidad y del encierro. El coronel concedía cada vez menos importancia á los sucesos de la vida ordinaria. Toda su atención la había concentrado en las costas del Atlántico y la opuesta ribera oceánica.

Ya me verá usted, madre mía, volver a su lado dentro de algunos años, hecho todo un coronel, mariscal de campo o con un brillante empleo en Versalles. ¿Y qué tendremos con eso? Que seré aquí respetado y considerado. ¿Nada más? Y que todo el mundo me saludará, quitándose el sombrero al pasar por mi lado. ¿Y luego?

El año 1818, en la tarde del 18 de marzo, el coronel Zapiola, jefe de la caballería del ejército chileno-argentino, quiso hacer ante los españoles una exhibición del poder de la caballería de los patriotas en una hermosa llanura que está de este lado de Talca. Eran seis mil hombres los que componían aquella brillante parada.

La acción de Las de García Triz puede en lo esencial contarse en cuatro palabras. La mayor, Clara, tuvo en su mocedad un novio militar, con quien por razones económicas no pudo casarse. Al cabo de muchos años, el novio vuelve de América, ya de coronel, con algunos medios de fortuna y con gana de contraer matrimonio. Vuelve a ver a Clara y tiene un desengaño tremendo.

El hinchado y galante coronel, a pesar del apacible porte que habitualmente le distinguía, de su levita estrechamente ceñida, de sus apretadas botas y del bastón que, colgado de su brazo, se mecía garbosamente, no las tenía todas consigo.

El coronel estaba seguro de que este heroico burlón se divertía con sus precauciones meticulosas... Pero no podría negar que le interesaba la novedad de la ceremonia. Lewis salió para disponer que los automóviles se alejasen hasta una arboleda cercana. Un verdadero disgusto para los dos conductores.

Francisco de Cárdenas. Giacopo Gallupoli. General, Flaminio dell' Anguillara. Per Álvarez Golfín. Juan de Ovando. Cristóbal Pacheco. Alférez, Gil de Oli. Sebastián Hurtado. Íñigo de Soto. Nuncibay. Juan Pérez de Vargas. Francisco Ortiz. Salazar. Coronel, Stefano Leopart. Sargento mayor, Martín de Lequeque. Capitanes, Bernardino Álvarez de Mendoza. Federico Mazzalotte. Juan Osorio de Ulloa.

Palabra del Dia

aquietaron

Otros Mirando