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Al día siguiente el vómito negro se desarrolló en El Dragón con una gran violencia; uno de los marineros holandeses, Stass, atacado por la fiebre, se levantó de la cama delirando, y, después de cantar una extraña canción, se tiró al mar. El teniente hizo que toda la tripulación sana se alejara en la parte de la popa, y convirtió el castillo de proa en enfermería.

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También conocía ese hombre el secreto del cardenal, mientras yo lo ignoraba. Permanecimos sentados en esa pequeña y anticuada habitación hasta que el crepúsculo se convirtió en noche profunda, y ella se levantó penosamente y encendió la lámpara. A la luz noté, sobresaltado, cómo había cambiado su dulce rostro.

No creo que los políticos se diferencien tanto de los carneros que no se pueda hacer con los unos lo que se ha hecho con los otros. Ensaye en ellos sus glándulas intersticiales el doctor Voronof y ensaye también esas glándulas tiroideas con las cuales parece que, ya en el año de 1913, convirtió a un idiota en un ser sensato y razonable.

Un último favor del destino colocó á mi lado un sacerdote excelente, el capellán del presidio, que se interesó por mi desgracia al verme tan diferente de mis compañeros de expiación. Se dedicó á conducirme al bien y de sublevado y furioso, me convirtió en dulce y resignado. Despertó en mi alma las creencias de la infancia y me mostró el cielo como supremo recurso y la oración como único consuelo.