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, Mitra, el del ojo sanguíneo, gran arquero celeste que lo penetras todo con tu dardo lumíneo; , el de la roja veste con orlas y con flecos de eternas igniciones; , Helios, y , Osiris, por quien vive el imperio de las constelaciones y se hace en las alturas el milagro del iris; , bello emperador, envíanos tus dones, tus púrpuras de gloria y tu vital calor.

Desde allí se domina toda la parte meridional del valle, limitado por las montañas de la Sierra, sobre las cuales desplegaba el cielo de invierno sus incomparables constelaciones: Orión, el Can, y el Navío entre cuyos mástiles centelleaba el soberbio Canopo. Pero las noches obscuras eran más hermosas para .

Astro glorioso, adorado en la infancia del mundo por la raza de hombres robustos, por los gigantes nacidos de los angeles con un sexo que, mas hermoso que ellos mismos, hizo caer en el pecado a los espiritus escarriados, desterrados del cielo para siempre ; astro glorioso, tu fuiste adorado como el dios del mundo, antes que el misterio de la creacion fuese revelado; obra maestra del Todopoderoso, tu fuiste el primero que regocijastes el corazon de los pastores caldeos sobre la cumbre de sus montanas, y el reconocimiento les inspiro bien pronto los homenages que te dirigieron; divinidad material, tu eres la imagen del gran desconocido que te ha escogido para que seas su sombra; rey de los astros, y centro de mil constelaciones, a ti es a quien la tierra debe su conservacion; padre de las estaciones, rey de los climas y de los hombres: las inspiraciones de nuestros corazones, y las facciones de nuestros rostros son la influencia de tus rayos.

Todo se desarrollaba en el suelo, no con arreglo a su propia bondad, sino por «las nobles y felices influencias de las estrellas que están sobre él», causa universal de vida. «A cielo noble correspondía tierra nobilísima», y como las constelaciones del ignorado hemisferio eran, según la ciencia de la época, «las mayores, más resplandecientes, más nobles y perfectas, y por consiguiente de mayor virtud, felicidad y eficacia que las de Aquilón», de aquí que bajo su resplandor debía estar forzosamente la mejor de las tierras, o sea el Paraíso.

Hubiera preferido para aquella empresa un cielo en que sólo brillasen las constelaciones hablando al espíritu de los muertos tutelares, del amor, del glorioso destino. La luna era trágica, espectral, agorera. Su resplandor hacía pensar en mortajas errantes, en animales endemoniados, en fantasmas de monjes que celebraban los oficios entre las ruinas de los conventos demolidos.

Calose su sombrero de fieltro, y, echándose a los hombros la segoviana capa, se dirigió, precedido de su paje, a la casa de juego. La luna no había salido aún, y al bajar por la Rúa, hacia el Adaja, Ramiro contemplaba las constelaciones. ¡Quién hubiera podido leer en aquella escritura suntuosa y estremecida! A eso de las cinco de la mañana estaba de vuelta en su aposento.

Llegaron a tierra y se alejaron a toda carrera en dirección opuesta a los piratas. Sólo se detuvieron cuando llegaron al lindero del bosque. La casa aérea seguía ardiendo y amenazaba desplomarse de un instante a otro. Las llamas subían, bajaban y se enroscaban como serpientes, lanzando al aire nubes de humo y constelaciones de chispas.

El Gran Can, en que brilla Sirio, es una de las más hermosas constelaciones del hemisferio austral. El cielo se halla atravesado en toda su extensión por una zona vaporosa, blanquecina, que se divide en varias ramas, y que se denomina la Via Láctea.

Zona ecuatorial.= En la zona que rodea al ecuador celeste es donde brillan las más hermosas constelaciones del cielo. En el hemisferio norte, Leo ó el León, con la hermosa estrella Régulo, Virgo ó la Virgen con la Espiga, el Boyero con Arturo, Tauro con Aldebarán. Orion está sobre el ecuador, parte al norte y parte al sur de éste.

¡Pero Rosita era insensible a estas demostraciones equilibristas! Un buen día dejó de salir a la vereda, y en el barrio se corrió la voz de que la visitaba un mozo, empleado de la Municipalidad. Como no volvió a aparecer en la calle, sus adoradores, fastidiados, fueron a ser satélites de otras constelaciones.