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Actualizado: 16 de mayo de 2025
Yo amo repitió con acento más concentrado ; amo con toda la desesperación de Satanás; mi amor es más ardiente, más terrible, más atormentador que el fuego del infierno: me consume, me abrasa las entrañas, es un tósigo de muerte que llevo consigo; un dardo envenenado que no puedo arrancarme. El bufón se detuvo para tomar aliento, porque de todo punto había enronquecido.
Este ejemplo es mas especioso, porque presenta el resultado de la composicion concentrado todo en un punto; pero bien examinado tampoco prueba nada para el caso presente. La disparidad está en que el pensamiento es un acto simple en sí mismo, y la resultante de las fuerzas lo es únicamente en su relacion al efecto experimentado, único que nosotros podemos calcular.
El español había concentrado en Carlitos toda la necesidad de amar que sienten los célibes en los linderos de la vejez. Era muy rico y su fortuna iría ampliándose todavía más con el transcurso de los años, según fueran sometidas al cultivo las tierras recientemente irrigadas. Si alguna vez le hablaban de sus millones, miraba al hijo de Celinda, apodándolo «mi príncipe heredero».
Creo haber encontrado la clave de casi todos los fenómenos sociales que distinguen á las Castillas de la España catalana, morisca y vascongada, en esa diferencia sustancial que se nota en la manera en que la poblacion se ha concentrado ó distribuido.
Algunos sillones de espaldar ovalado, y un antiguo canapé de delgadas patas, completaban la decoración de esta pieza, en que todo acusaba una rígida limpieza, y en que se respiraba un olor concentrado á lirio, rapé de España, y vagos aromas.
Montenegro, desde su mesa, veía al jefe discutiendo con el director del escritorio, removiendo los papeles y haciéndole preguntas sobre los negocios, con un acierto que revelaba que todas sus facultades útiles se habían concentrado al servicio de la industria. Había transcurrido más de una hora, cuando Fermín se vio llamado por el jefe.
Se revolvía contra la nada de la muerte. ¡Aquella carne de su carne estaba pudriéndose en un cementerio ignorado de Alemania! ¿Y esto era todo?... ¿Ya no había más?... ¿Moriría ella á su vez y no volvería á encontrar en una existencia superior aquel hijo en el que había concentrado toda su voluntad de vivir? ¿Se borrarían ambos en la realidad, como dos puntos microscópicos, como dos átomos, cuya vida nada significa?...
Hay que imaginarse también el ruido de la multitud de disparos que se hacían, de las descargas, ya cerradas, ya sucesivas, y, sobre todo, los gritos lejanos, vagos, terribles, interrumpidos por prolongados lamentos, que iban a morir en los ecos de los montes. Todo aquello concentrado en un solo instante y en una sola mirada: tal era el cuadro que debemos tener ante los ojos.
El brazo izquierdo se apoyaba en el instrumento y la cara descansaba en una mano, oculta casi por la palma y los dedos. Con la diestra armada de un palillo golpeaba lentamente uno de los parches, y así permanecía inmóvil, en actitud reflexiva, con el pensamiento concentrado en su improvisación, contemplando el inmenso horizonte del mar a través de sus dedos.
Palabra del Dia
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