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Actualizado: 15 de mayo de 2025
Muy tranquilo estuvo Almudena toda la noche, sin poder coger el sueño, delirando con el viajecito a Jerusalén; y Benina, por ver de calmarle, mostrábase dispuesta a emprender tan larga peregrinación.
En este último punto vió un coche donde iba el Vice Rector P. Sibyla, acompañado de D. Custodio, y diéronle grandes ganas de coger al religioso y arrojarlo al agua.
Otras veces era él quien hablaba, pero brevemente, apoyando sus palabras con gestos afirmativos. Hubo un momento en que pretendió coger las manos de ella, pero Elena se echó atrás con una retracción que denotaba al mismo tiempo repugnancia y altivez.
Más lejos, otro tronco ha sido cogido entre el promontorio y una anfractuosidad de la piedra, y, aunque vibrando por la presión del agua, no puede continuar su camino. El leñador tiene que penetrar en el arroyo con agua hasta la cintura y coger por una extremidad la viga para lanzarla al medio del arroyo.
Allá arriba se divierten también esta noche, y yo creo que nos mandan abajo porque les mareamos con el gran ruido que metemos... Pero si Padre Dios nos deja bajar y andar por las casas, es á condición de que no hemos de coger nada, y tú has afanado eso.» Celinina no se hacía cargo de estas poderosas razones, y apretando más contra su pecho los dos animales, repitió: «Pa mí, pa mí.
Ayer cuando me autorizó a esperar, la tomé una vez más la mano, y se la besé con avidez. Ella se estremeció, pero no la retiró. Yo conocí que ya era mía, que me habría sido fácil coger otro beso en la flor de sus labios. ¿Y al día siguiente, pocas horas después, se habría de dar la muerte?
La oferta fué aceptada, y se dieron órdenes para emprender la marcha lo antes posible. Hasay, de día en día, aumentaba su tristeza, viéndola muchas veces coger un libro y pasar horas sin volver una hoja, prueba evidente del ensimismamiento que dominaba su ser.
Luego un gracioso, no de mal dictamen, Sentado en un baúl la hizo esta arenga, Esta arenga que puede ser vexamen: Vuesa merced, señora Doña Menga, Ya que ha dexado el mundo y sus verdores, Como á Dios plugo, enhorabuena venga. Si piensa que ha venido á coger flores, Porque nos ve listados de oropeles, Está metida en un serón de errores.
No; es instinto, es gala de gaucho; la infantería deshonraría el triunfo cuyos laureles debe coger desde a caballo. Paz es, por el contrario, el hijo legítimo de la ciudad, el representante más cumplido del poder de los pueblos civilizados.
Vamos. Sol no hablaba. Lucía, como que quería defenderla de la directora, que entraba ya en el salón con su paso pomposo. Enseguida, señora, enseguida. Entre usted y detrás vamos nosotras. Voy a coger dos rosas de esta enredadera: esta para Sol y se la prendió con mucha ternura, mirándola amorosamente en los ojos ; esta, que es la menos bonita, para mí. ¡Oh, usted es tan buena! ¿Usted?
Palabra del Dia
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