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Pues demuele tus templos; sepulta entre sus escombros a tus ídolos grotescos, y arroja su recuerdo de tu memoria, y de tu mente la idea que los derviches te han cristalizado en ella de un Dios incompatible con la extensión que alcanzan a estas horas las exploraciones hechas en las regiones científicas por la razón humana.

Son tan escasas las noticias que tenemos de la region austral del Rio de la Plata, que no debe mirarse con desprecio la série de documentos oficiales que presentamos al público. No debe esperar el lector de hallar en ellos datos, y observaciones científicas. Los mas de estos diarios han sido llevados por oficiales que no tenian mas conocimientos que los de su profesion: pero, sin pretension y sin orgullo, relataban sencillamente lo que veian, y describian con una fidelidad apreciable los parages que exploraban. Estas relaciones suelen

Empezó a llamar la atención de los vetustenses aquel militar que sabía de letras más que muchos paisanos, y el mismo Bedoya se animaba al trabajo con la gracia de lo que a él se le antojaba contraste de la artillería y la literatura. Poco a poco llegó a ser miembro, ya correspondiente, ya de número, de muchas sociedades científicas, artísticas y literarias.

Mucho mas estimables son en su género las demas galerías, puramente científicas, que contienen los Museos de Historia natural, de Mineralogia y de Geología. El primero, que no es muy considerable, aunque merece mucho aprecio en una capital de segundo órden, está muy bien conservado y es un conjunto escogido de las especies mas raras y notables en las diversas familias del reino animal.

Por de pronto, entre él y Moreno comenzaron a redactar dos revistas científicas mensuales, una titulada El Mundo Orgánico y la otra El Mundo Inorgánico, para dar a conocer al público las observaciones que en los dos mundos iban haciendo con maravillosa penetración. Estas observaciones no se limitaban al laboratorio. El estudio directo de la Naturaleza y de la vida social se las ofrecía muy varias.

Esta vivienda evocó en la memoria de Ferragut y de la joven el recuerdo de las casas improvisadas en los desiertos de la América del Sur, y otra vez volvieron á hablar de su viaje oceánico. Ella quiso al fin satisfacer la curiosidad del capitán. Mi marido era un profesor, un sabio como la doctora... Estuvimos un año en Patagonia haciendo exploraciones científicas.

Pensaba con nostalgia en las plácidas veladas de «los enemigos de la mujer», cuando Spadoni se sentaba al piano ó hacía cálculos infinitos, siempre doblando; cuando Novoa exponía sus paradojas científicas y Castro relataba las aventuras de su abuelo el «Don Quijote rojo»... ¿Dónde estarían ahora estos compañeros de soñolienta felicidad? Atilio le interesaba especialmente.

Ahora, que apenas hay majadero o galopín que no se meta a sabio o a gobernador del pueblo o a personaje importante; ahora, que todos los hombres se pasan la vida echando discursos en las sociedades científicas, en los clubs, en las asambleas y en otros focos de luz, ¿no es conveniente que haya algunos que se vayan a los salones para que las pobres mujeres no se queden solas, sin nadie que les hable y las entretenga un poco?

Hacíase en él relación exacta de la entrevista, describíase con minuciosidad la persona del sacerdote penado, y terminaba con una serie de profundas consideraciones científicas acerca de los caracteres anatómicos, patológicos y fisiológicos que el delincuente presentaba.

Por más que su antipatía por la joven no cediera, el magistrado se veía obligado a reconocer que ésta poseía una cultura fuera de lo común: escribía correctamente el español, el inglés y el alemán; enviaba a los periódicos bibliografías en que daba cuenta de toda clase de publicaciones científicas y filosóficas.