Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de junio de 2025
El célebre Lafont no tardaba nunca menos de tres horas en pintarse; y M. Febvre se extraña de que en los Conservatorios no haya una clase especial donde los alumnos puedan aprender, razonadamente, el arte de caracterizarse. El maquillaje, en efecto, constituye una especie de rinconcito de la ciencia, cuyo discreto cultivo requiere ciertos conocimientos anatómicos.
Es cosa que daría que hacer a los etimologistas y a los anatómicos de lenguas, el averiguar el origen de la voz calavera en su acepción figurada, puesto que la propia no puede tener otro sentido que la designación del cráneo de un muerto, ya vacío y descarnado.
A todo esto, el niño que a mi izquierda tenía, hacía saltar las aceitunas a un plato de magras con tomate, y una vino a parar a uno de mis ojos, que no volvió a ver claro en todo el día; y el señor gordo de mi derecha había tenido la precaución de ir dejando en el mantel, al lado de mi pan, los huesos de las suyas, y los de las aves que había roído; el convidado de enfrente, que se preciaba de trinchador, se había encargado de hacer la autopsia de un capón, o sea gallo, que esto nunca se supo; fuese por la edad avanzada de la víctima, fuese por los ningunos conocimientos anatómicos del victimario, jamás parecieron las coyunturas.
Hacíase en él relación exacta de la entrevista, describíase con minuciosidad la persona del sacerdote penado, y terminaba con una serie de profundas consideraciones científicas acerca de los caracteres anatómicos, patológicos y fisiológicos que el delincuente presentaba.
Á todo esto, el niño, que á mi izquierda tenía, hacía saltar las aceitunas á un plato de magras con tomate, y una vino á parar á uno de mis ojos, que no volvió á ver claro en todo el día; y el señor gordo de mi derecha había tenido la precaución de ir dejando en el mantel, al lado de mi pan, los huesos de las suyas, y los de las aves que había roído; el convidado de enfrente, que se preciaba de trinchador, se había encargado de hacer la autopsia de un capón, ó sea gallo, que esto nunca se supo: fuese por la edad avanzada de la víctima, fuese por los ningunos conocimientos anatómicos del victimario, jamás parecieron las coyunturas.
Los rostros de los operados que se ven en los dibujos anatómicos, parecíanle tranquilos, resignados, insensibles al dolor, y preguntábase si tal dosis de valor podía ser compatible con la naturaleza de las almas humanas. Seguía viendo, sobre todo, al cirujano de la página 89, todo vestido de negro, con un cuello de terciopelo en su levita.
Veíase yacente y desnudo sobre aquellas dos mesas pegadas del café de Fornos. ¡Cuán torvas brillaban las cuchillas y los bisturíes! Ya los creía sentir en sus entrañas. Y de hecho estaba bien seguro de que la amistad con los jóvenes anatómicos no aplacaría, sino que exacerbaría su fiereza. Indudablemente era más dulce buscar las articulaciones de los otros.
Palabra del Dia
Otros Mirando