Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de junio de 2025


En Zurich había comenzado a estudiar medicina, viviendo de su trabajo, de traducciones de obras científicas hechas por cuenta de editores alemanes y franceses. Estaba en relaciones con todos los refugiados políticos, pero no había tomado parte activa en las conspiraciones: por el contrario, de palabra y por escrito desaprobaba los continuos e inútiles sacrificios de vidas.

Adolfo se pasaba las horas muertas en aquella casa; tantas, que era difícil averiguar cuáles destinaba a la lucha por la existencia. D. Pantaleón se instruía rápidamente con las mil noticias científicas que diariamente le suministraba.

Alguna vez en la conversación, le ocurrió tocar, aunque solamente de soslayo, ciertas cuestiones científicas o sociales, y su manera de tratarlas descubría en él una cultura muy extensa y sólida. Aun contradiciéndole y presentándole objeciones embarazosas, quedaba Delaberge sorprendido por la claridad y la precisión de todas sus réplicas: la señora Liénard no había exagerado.

He ahí lo que se llama un pueblo civilizado, libre, activo y digno de su independencia! Si á todo ese tren de enseñanza se agrega la actividad de la prensa libre, las abundantes bibliotecas y las numerosas sociedades literarias y científicas del Canton, se comprenderá fácilmente la alta respetabilidad de que goza el Estado de Zuric.

Famoso era el huésped en todas partes por la agudeza de su ingenio, por el profundo saber que había adquirido y por las obras científicas en que le divulgaba. Baste decir, y está todo dicho, que el huésped era el reverendísimo padre fray Antonio de Fuente la Peña, ex-provincial de la Orden.

Los adelantos materiales han ahogado de un siglo a esta parte las disertaciones metafísicas, las divagaciones científicas; y la razón, como se clama por todas partes, ha conquistado el terreno de la imaginación, si es que hay razón en el mundo que no sea imaginaria. Los hechos han desterrado las ideas. Los periódicos, los libros.

Diciendo esto, no es mi ánimo predicar la autoridad en materias puramente científicas y literarias; en todo el decurso de la obra he dado bastante á entender que no adolezco de tal achaque; solo me propongo indicar una necesidad de nuestro entendimiento, que siendo por lo comun muy flaco, ha menester un apoyo.

Al entrar él, volvíanse todos para contemplar la fisonomía de ese anciano, firme y tieso con sus setenta y dos años, sus largas barbas canas, su interminable hopalanda, su ojal lleno de cintas con los distintivos de todas las academias científicas, y aquel extraño aspecto, que revelaba a un tiempo timidez y desenvoltura.

Si usted me lo permitiese, querido Valleumbroso, yo quisiera una vez estar a su lado en el instante de componer para hacer sobre usted algunas experiencias científicas. Cuando usted guste replicó el mosquito, rojo de placer. Tengo la seguridad de encontrar la insensibilidad dolorífica en mayor o menor grado y la irregularidad del pulso engendrada por el impulso convulsivo de las arterias...

Y si entrar quisiésemos en minuciosas cuentas, hallaríamos que no es tan exacto que los caudillos de ahora sean en mucho mayor número que los de tiempos anteriores. Formando un cuadro de clasificaciones científicas y literarias encontraríamos fácilmente que en cada género son muy pocos los que llevan la bandera, y que sobre sus pasos se precipita la multitud ahora como siempre.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando