Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de mayo de 2025
No tengo ningún inconveniente; pero te prevengo que está subiendo la marea y que esa peña quedará rodeada de agua antes de una hora. No importa; tenemos tiempo para ir a ella. Dando brincos y haciendo equilibrios sobre los peñascos de la costa, llenos de charcos y tapizados de algas, donde corrían grave riesgo de resbalar, llegaron a la peña, que avanzaba buen trecho dentro del mar.
Comenzaba por dudar de la virtud del sacerdote y llegaba a dudar de la iglesia, de muchos dogmas.... Pero entonces corría a la iglesia. Saltando charcos, desafiando chaparrones iba de parroquia en parroquia, de novena en novena, y pasaba también mucho tiempo en la nave fría de algún templo a la hora en que los fieles solían dejarlos desiertos. Se sentaba en un banco y meditaba.
Canelo, a todo esto, cuando no se lamía los arañazos, poco profundos, que le rayaban la piel en muchas partes, jadeaba y gruñía, con el hocico descansando sobre sus brazos juntos y tendidos hacia adelante, pero con los ojos clavados en los oseznos que rebullían entre las asperezas del suelo y charcos de sangre, como gusanos muy gordos. No contaban, por las trazas, más de una semana de nacidos.
El camino seguía en línea recta ante nosotros; a la izquierda elevábanse unos cerros cuyas suaves ondulaciones se perdían en el horizonte formando dilatadas curvas; en el fondo y muy lejos se alcanzaba a ver una colina más alta, en cuya falda parecían distinguirse las casas de un pueblo; a la derecha el suelo se extendía completamente llano, y en su inmensa costra la tarda corriente de un arroyo y el agua de la lluvia formaban multitud de pequeños charcos, cuyas superficies, iluminadas por la luna, ofrecían a la vista la engañosa perspectiva de una gran ciénaga o pantano.
Santorcaz, después de un rato de silencio y meditación, contuvo su cabalgadura, paróse en mitad del camino, y contemplando con cierto arrobamiento el horizonte lejano, las colinas de la izquierda y los charcos de la derecha, habló así: Estoy asombrado, porque nunca he visto dos cosas que tanto se parezcan como este país a otro muy distante donde me encontraba hace tres años a esta misma hora, en la madrugada del 2 de diciembre. ¿Es mi imaginación la que me reproduce las formas de aquel célebre lugar, o por arte milagroso nos encontramos en él?
Por debajo de las sotanas asomaban unas zapatillas de paño, con las que andaba sin el menor ruido: un calzado de espionaje que le permitía, como á los demás servidores del monasterio, deslizarse por los claustros silenciosos sin turbar el aislamiento de los Padres. Atravesó el patio hablando á Aresti de las suelas de su calzado, que eran de paño y se mojaban en los charcos de la lluvia.
Marijuán y yo nos reímos, diciéndole que se le quitaran de la cabeza tales cosas, y que si bien lo de los charcos era cierto, por allí no había ningún castillo de Terlin ni nada parecido.
A trechos brillando entre los árboles ó partiendo el camino con una inoportunidad que obligaba á molestos rodeos extendían sus láminas acuáticas unos charcos enormes, todos iguales, de una regularidad geométrica, redondos, exactamente redondos. Desnoyers los comparó con palanganas hundidas en el suelo para uso de los invisibles titanes que habían talado la selva.
Otros empleados de la plaza corrían de un lado a otro con grandes espuertas de arena, arrojándola a montones sobre los charcos de sangre y los cadáveres de los caballos. El público estaba de pie, gesticulando y vociferando. Sentíase entusiasmado por la fiereza de la bestia y protestaba de que en el redondel no quedase ni un picador, gritando a coro: «¡Caballos! ¡caballos!»
En tanto, yo recorría el campamento, miraba al suelo, miraba las manos de todos, las cureñas de los cañones, los charcos de sangre, los mil rincones del suelo, junto al cuerpo de un herido, y bajo la cabeza del caballo moribundo. Marijuán se llegó a mí con los brazos abiertos y gritó: Los vencimos, Gabriel. ¡Viva España y los españoles, y la Virgen del Pilar, a quien se debe todo!
Palabra del Dia
Otros Mirando