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Actualizado: 22 de junio de 2025
Así, el general, al saber la conducta de los cosacos, ha castigado públicamente ese acto de vandalismo, y, además, ha acordado indemnizar al propietario de la finca. ¡No quiero nada de vosotros! interrumpió Catalina bruscamente ; prefiero sufrir la injusticia... y vengarme.
He jurado dijo finalmente dedicar mi buque y mi vida á causar todo el daño que pueda á los asesinos de mi hijo... Ese hombre me denuncia para vengarse. Reconozco que mi ceguera amorosa me arrastró á un delito que no olvidaré nunca. Bastante castigado estoy con la muerte de mi hijo... pero no importa: que me sentencien también los hombres.
Y cuando la señora calló, aniquilada, él prorrumpió en amarga lamentación contra la suerte negra que le acompañaba en la vida: de niño, torturado por la severidad exagerada del padre; de joven, castigado por la pérdida de la mujer y de su fortuna, y ahora, de viejo, obligado a abandonar la última ilusión que le quedaba y le sostenía: ¡su hijo!
Aun á las puertas de este siglo, esto es en el año de 1799, fué castigado un hombre por la Inquisicion de Sevilla, el cual era hereje judaizante, i llamábase Lorenzo Beltran.
El mismo Luis Quijada anduvo á pie al lado del Emperador las tres leguas que dura el mal camino. Detuviéronse allí todos bastante tiempo, por las malas noticias que comenzaron á correr acerca de la temperatura de Yuste. En el invierno era castigado de frecuentes lluvias y de frías y densísimas nieblas, y en el verano le bañaba un sol abrasador.
Aquello era un agravio muy duro, por el cual no resultaba castigado ... La miró con algo mayor benevolencia y experimentó un sentimiento tan parecido á la simpatía, que se quedó asombrado. ¿Era posible que Clementina le pareciese soportable? Fortunato dijo: ¿Por qué exageras las cosas? ¿Quién te dice que te vayas? Si tu orgullo te impulsa á marcharte, resístelo y permanece en medio de nosotros.
Pobre niño, tú habías maniobrado, sin embargo, con una rara habilidad para conducir a esos pesados guardacostas lejos de la punta de la Torre, mientras que yo desembarcaba el contrabando del tonsurado... Mala noche para él, Blasillo; ¿por qué blasfemaba?... el buen Dios le ha castigado añadió riendo y vaciando su copa.
Ni aun viéndole tan abatido cejó Doña Francisca en su tarea de mortificación, y el día de mi llegada oí que le decía: «Bonita la habéis hecho... ¿Qué te parece? ¿Aún no estás satisfecho? Anda, anda a la escuadra. ¿Tenía yo razón o no la tenía? ¡Oh!, si se hiciera caso de mí... ¿Aprenderás ahora? ¿Ves cómo te ha castigado Dios? Mujer, déjame en paz contestaba dolorido mi amo.
Sin su amor, el mundo será un desierto para mí; la vida, soledad medrosa; mi corazón, un vacío que con nada se llenará. »El alma humana necesita amar, adorar, creer. El cielo ha castigado la soberbia de mi alma. De ella han sido arrojados ídolos, altares, todo ser digno de adoración y de amor. En cambio, puse mi adoración, mi amor, mi fe y mi esperanza en Beatriz. Ella era... es mi idolatría.
Quilito se lo agradecía todo, besándola las manos, como un perrillo que ha sido castigado y quiere hacerse perdonar del amo la falta cometida.
Palabra del Dia
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