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Actualizado: 25 de septiembre de 2025
Emilita, confusa y avergonzada, con las mejillas convertidas en dos brasas, se acercó vacilante al heroico capitán de Pontevedra, fértil en toda clase de astucias, y le rozó con el carmín de los labios la tierra amarillenta de sus mejillas.
El conejo es un animal tan sensible que con la más leve impresión se tiñen de carmín sus orejas, y se ha observado que los conejos jóvenes se enrojecen más fácilmente que los viejos. Mario quedó acortado. Le miró fijamente con ojos de asombro y al fin murmuró entre triste y colérico: Pero, Adolfo, ¡por Dios! ¿qué tienen que ver ahora los conejos jóvenes?...
La total inocencia, que se pintaba en sus ojos vagos y como perdidos en contemplaciones de un mundo interior, no había menguado con el matrimonio; las mejillas, un poco más redondeadas, seguían tiñéndose del carmín de la vergüenza por el menor motivo.
En los jardines había naranjos enanos, con más naranjas que hojas; y peceras con peces de amarillo y carmín, con cinto de oro; y unos rosales con rosas rojas y negras, que tenían cada una su campanilla de plata, y daban a la vez música y olor.
¿A que no la aciertas?... La niña, con los grandes ojos llenos de lágrimas y teñidas las mejillas del carmín más puro, dijo prontamente: ¿Que mi papá está mejor? ¿Que se ha confesado?...
Me parecía que si despertaba y me veía iba a soltar una carcajada. »Así llegué junto a ella. Ella no se despertó. Dormía con la boca entreabierta, mostrando sus dientes blanquísimos e iguales. ¡Qué frescura y qué rojo carmín en sus húmedos labios! ¡Qué largas pestañas unidas! ¡Qué sonrisa apacible! ¡Qué frente serena! Si Desdémona hubiera sido como Beatriz, Otelo no le hubiera dado muerte.
¡Oh! no es cierto! sin duda quien tal dijo, Jamas tu álbum purísimo ha tenido, Porque entonces habria allí leido Lo que en sus hojas blancas yo leí: Lo que se lée en las ondas de los rios Cuando la blanca luna los colora; Lo que se lée en las nubes del aurora Entre celajes de oro y de carmin. ¿Qué podré yo decir, que ya no diga Esta página blanca de azucena?
No nos sería posible ya atravesar otra vez el campo dijo Adelaida. Parémonos, pues, en la primera casa repuso aquella. La primera casa dijo Adelaida, mirando a través de la naciente oscuridad, es del squire Robinson dijo y echó a Carolina una mirada picaresca que hasta en su inquietud y miedo hizo que las mejillas de la niña se tiñeran de carmín. ¡Eso es!
Alumbre calcinado 3 Azúcar de leche 35 Carmín 3 Esencia de menta 3 Mezclar todo y darse en las encías. Carbón de leña pulverizado 50 gramos. Polvo fino de quinina gris 25 Tanino 3 Esencia de menta 1 Es la mejor preparación que se conoce para los dientes y las encías. PARA LOS OJOS. Se pone a macerar durante quince días Agua destilada 100 gramos. Sumidades de romero 6
Ya ves qué carita de Pascua, qué patillas de azafrán, y qué barba afeitadita y qué labios de carmín. Aquellas mejillas que parecen afeitadas me dan un asco... Pero donde aparece de oro el tal es en el trato.
Palabra del Dia
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