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Actualizado: 17 de mayo de 2025
En la mesa apenas cruzaban la palabra; pero les vi en diferentes ocasiones departir amigablemente, apoyados en la barandilla del corredor, mirando con ojos extáticos los azulejos del patio. También observé, una vez que fui a misa de nueve en San Isidoro, que Olóriz, situado en posición estratégica, cambiaba con la dama, arrodillada cerca de una capilla, sonrisas y miradas.
Yo me fingía absorta en la música. Como una puede ver sin necesidad de mirar, noté que él no cambiaba de expresión, me miraba y sin embargo parecía distraído de mí. "Tengo siempre un miedo mortal de decir alguna cosa que le desilusione o que no corresponda a la idea pura que debe haberse formado de mí. Que no le soy indiferente, es seguro. Pero procura descubrirme, tal vez le intrigo algo.
No estaba fija ni presentaba constantemente igual aspecto, sino que cambiaba de posición y de dimensiones, ora agrandándose desmesuradamente, ora achicándose hasta desaparecer casi. Alarmáronse los chinos, que desde cinco días antes estaban intranquilos, temiéndose un asalto.
Nada cambiaba en aquel pequeño mundo, que parecía petrificado a la sombra de la catedral. Ella era la que, abandonándolo en plena juventud, volvía aviejada y enferma. Hubo entre las tres personas un largo silencio. Tu cuarto, Sagrario dijo al fin Gabriel con dulzura , está lo mismo que lo dejaste. Entra en él y no salgas hasta que yo te llame. Ten calma y no llores. Confía en mí.
Y enfurecido contra los clérigos de la catedral, que parecían acoger con buen gusto el Concordato y sus sueldos, satisfechos de salir bien librados de la tormenta revolucionaria, se aislaba en el jardín, cerrando la puerta de la verja y rehuyendo las tertulias de otros tiempos. Aquel pequeño mundo vegetal no cambiaba.
El rebelde se conmovió viendo la angustia de esta alma simple, que imploraba en su congoja un sorbo de consuelo. Sí, volvería a verla; él lo afirmaba con solemne gravedad. Es más; estaría en contacto a todas horas con algo que habría formado parte de su ser. Todo lo que existía quedábase en el mundo; sólo cambiaba de forma; ni un átomo llegaba a perderse.
Garabato, con rápidos movimientos de mano, cambiaba la posición de la banda de seda. En unas vueltas la faja se arrollaba doblada, en otras completamente abierta, y toda ella ajustábase al talle del matador, lisa y como de una pieza, sin arrugas ni salientes.
Durante quince días Roussel sufrió valerosamente esta situación tan nueva y tan penosa. Pensaba: "Es el primer momento; esto pasará. Un nuevo capricho seguirá al actual y ya no habrá cuestión. Podremos entonces respirar, lejos de la horrible Clementina, y vivir en paz." Pero sus esperanzas optimistas no se realizaron. ¿Era que Mauricio estaba más seriamente enamorado que lo que había dicho? ¿Era que la violencia hecha á sus sentimientos había aumentado su fuerza en vez de disminuirla? Mauricio cambiaba mucho, física y moralmente.
Me dominaba tan activa necesidad de andar, de ir lejos, de quebrantarme de puro cansancio, que no me permitía tomarme un minuto de reposo. En cuanto veía a cualquiera que pudiese conocerme cambiaba de rumbo, y me lanzaba a través de los campos de trigo por cualquiera de las estrechas sendas que los cruzan, marchando a paso de carga hasta que llegaba a donde no veía a nadie.
Lope cambiaba sus versos con sus condiscípulos por juguetes y láminas, y a los doce años ya había compuesto dramas y comedias. A los dieciocho publicó su poema de la Arcadia, con pastores por héroes. A los veintiséis iba en un barco de la armada española, cuando el asalto a Inglaterra, y en el viaje escribió varios poemas.
Palabra del Dia
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