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El impulso interior de la montaña que trabaja, hace vibrar incesantemente á las piedras en toda la pared; guijarros medio arrancados se separan primeramente y ruedan saltando á lo largo de las pendientes; masas de mayor peso, arrastradas á su vez, siguen á las piedras, dibujando como ellas poderosas curvas en los espacios; después les toca á lienzos enteros de roca; todo lo que debe derrumbarse rompe los lazos que lo unían al sistema interior de la montaña, y de pronto espantoso granizo de peñascos cae sobre la llanura estremecida.

Saliendo de este magnífico salon, que debia ser el del trono ó de embajadores, se encuentra á la izquierda el gabinete ó sala de SANTA ISABEL con una alcoba, en cuya estancia se dice que nació esta reina; tiene un balcon que cae perpendicular sobre la antigua mezquita ú oratorio árabe que descrito anteriormente.

Apenas había acabado su oración el devoto señor mío, cuando el negro alguacil cae de su estado y da tan gran golpe en el suelo que la iglesia toda hizo resonar, y comenzó a bramar y echar espumajos por la boca y torcella, y hacer visajes con el gesto, dando de pie y de mano, revolviéndose por aquel suelo a una parte y a otra.

Dejadla, dejadla ahí dijo Dorotea ; en cuanto á doña Clara, mirad, Manuel: yo quisiera que doña Clara me viera junto á él aquí... ¡Oh! dijo con alegría el bufón , la traeré. ; que vea cómo su marido cae á mis pies... porque caerá, Manuel, caerá; no me ama, pero me desea... cuando esté á mi lado algún tiempo, se embriagará en mis ojos, en mi sonrisa, en mis palabras.

El altar pagano se derrumba al hacer su confesión; el Demonio abandona el cuerpo de Aurelio, que cae de nuevo en tierra sin vida, y los sayones de Filipo, enfurecido, así como los de Cesarino, furioso al ver que desprecian su amor, se apoderan de Eugenia y de los demás cristianos para llevarlos al suplicio, y viéndose, á su desenlace, en la gloria á estos nuevos santos.

Es la segunda agua que les cae en su vida, y sería la primera si no se hubieran bautizado. ¡Ay, hijas!... ¡qué escena la de esta mañana! Créanlo, han gastado una tinaja de agua de colonia... Yo quise ayudar un poco, porque así me parecía cumplir algo de lo que nos ordena Nuestro Señor Jesucristo.

El vapor luminoso que por aquella parte envuelve el paseo, amortiguando los vivos colores de las sombrillas, borrando los elegantes contornos de los caballos, esfumando las facciones de las damas y prestándole a todo aspecto escenográfico, pierde lentamente su brillo y se transforma en un polvo ceniciento que cae del cielo como heraldo de la noche.

Cada periódico obligaba al español á realizar una nueva danza de alfileres en el mapa, seguida de comentarios de un optimismo á prueba de bomba. Hemos entrado en Alsacia: ¡muy bien!... Parece que ahora abandonamos Alsacia: ¡perfectamente! Adivino la causa. Es para volver á entrar por un sitio mejor, pillando al enemigo por la espalda... Dicen que Lieja ha caído. ¡Mentira!... Y si cae, no importa.

Celín, obediente á su madre, prométela cumplir sus mandatos; pero, al encontrarse frente á frente de su padre, se le cae la espada de las manos, y siguiendo un impulso interior, que lo domina, se precipita á los pies del mismo, á quien intentaba arrancar la vida. Reconócense después padre é hijo, y éste resuelve vivir entre los cristianos y profesar la religión de su padre.

Estos son los que conocen bien el misterio de las aguas ocultas. Al lado de sus cabezas, la pequeña gota, suspendida de las estalactitas de la bóveda, brilla como un diamante á la luz de sus lámparas, y cae sobre el pequeño charco estancado, produciendo un ruido seco que repercute el eco de las galerías.