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Actualizado: 16 de julio de 2025
Las ocho parejas, formadas como escuadron en columna, iban dando la vuelta á la hoguera, cogidos de una mano, hombre y mujer, sin sombrero, llevando cada cual dos velas encendidas en la otra mano, y siguiendo todos el compas con los piés, los brazos y todo el cuerpo, con movimientos de una voluptuosidad, de una lubricidad cínica cuya descripcion ni quiero ni debo hacer.
Allí, en el campo, en una casa abandonada, Aguirre escribió un memorial a Felipe II, justificándose de sus desmanes, y para dar más fuerza a su documento, lo firmó de esta manera audaz, cínica y absurda: Lope de Aguirre, el traidor. Las tropas del rey, unidas con algunos desertores de Aguirre, fueron acorralando al capitán vasco como a una bestia feroz, para darle muerte.
Los novios, al separarse, cambiaron un beso tan puro y apasionado, que el eco pudo repetirlo en los vecinos peñascos. La frágil Duquesa y la cínica madre Shipton estaban, probablemente, demasiado asombradas para burlarse de esta última prueba de candor, y se dirigieron sin decir palabra hacia la cabaña.
Y a los pocos días, si no le embromaban, él mismo tomaba la iniciativa. ¡Estoy maravillado! Hoy me relató Concha desde Moisés hasta el cautiverio de Babilonia sin errar un punto. Bueno; ¿y el amor cómo marcha? preguntó uno. Eso es clase de adorno. Se deja para lo último repuso con amable y cínica sonrisa el viejo elegante.
Hablamos del artículo en que su padre y él comerciaban, y observé que poseía ideas bastante prácticas, pero no muy escrupulosas, en asuntos mercantiles. Tenía un modo de producirse resuelto, serio, un poco malhumorado y desdeñoso. Jamás reía, ni sonreía siquiera. A pesar de esto no acababa de hacerse antipático. Su franqueza era un poco cínica; pero sus ideas siempre prácticas y razonables.
Hasta cierta edad es perdonable ese modo de vivir; pero ya eres mayor y debieras servir a tu patria y mostrar que vales... ¿Por qué no te haces elegir diputado? ¿Por qué no te interrogas sobre tus propias opiniones, te forjas tu credo político, te trazas tu línea de conducta, y entras en la vida pública? ¿Vas a llegar a viejo, En cínica e infame soltería,
Contaba á la sazón Lafontaine poco más de veinte años: era de mediana estatura y recio de hombros, y al mirar ladeaba la cabeza en un gesto resuelto y simpático de desafío; tenía la boca byroniana, triste y audaz; los ojos, fulgurantes; el mento, conquistador; la nariz, respingueña y cínica; el ademán, amplio; la frase frondosa y colorista.
Así se comprende dijo Gabriel la cínica confesión del canónigo Llorente al explicar por qué fue secretario del Santo Oficio: «Tocaban a asar, y para no ser asado, me puse de parte del asador.» A los hombres inteligentes no les quedaba otro remedio. ¿Cómo resistir y rebelarse? El rey, dueño de vidas y haciendas, no era más que un servidor de obispos, frailes y familiares.
La esposa, por su parte, era también feliz; zambullida en su desvergüenza, como los héroes griegos en la Estigia, habíase hecho como ellos invulnerable, y con su audacia infinita y su cínica travesura femenina, lograba el único fin de su vida, natural anhelo de su vanidad inmensa: sobreponerse a todo el mundo, ser siempre la primera y lograr que todas las lenguas le rindiesen vasallaje, ocupándose constantemente, para bien o para mal, que eso poco importaba, de su persona y de sus cosas.
Hija mía, lo siento mucho, le dije, pero yo no mantengo clases pasivas. No faltó quien celebrase el chiste y quien admirase la firmeza de corazón del empedernido seductor. Mario no pudo reprimir un gesto de repugnancia. Aquel rasgo de crueldad expresado en forma tan cínica le dio frío.
Palabra del Dia
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