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Actualizado: 18 de noviembre de 2025
Por la noche se doblaron los cuidados y precauciones de seguridad para evitar una sorpresa; pero los rebeldes abandonaron el sitio y dejaron solo un trozo que disimulase su retirada: para cohonestar mejor su verdadera intencion, los que se mantenian á la vista usaron la cautela de hacer algunas proposiciones á los eclesiásticos que se pusieron á su inmediacion para parlamentarlos, pidiéndoles de nuevo se le entregase la persona del corregidor Orellana, y se publicase el bando que remitieron, mandado observar por el traidor José Gabriel Tupac-Amaru, entreteniendo parte de la mañana siguiente con estas y otras estratagemas, algo mas sutiles y advertidas, que lo que regularmente se cree de una nacion reputada por humilde y poco instruida, hasta que desaparecieron todos en busca de los primeros que desistieron del empeño.
El se marchaba a las Carolinas, huyendo de aquella lobreguez maloliente que le trastornaba el estómago. Iba en busca de su amigo el Mosco y de su hija Feliciana, que tenía para guisar la cachuela unas manos de virgen, dignas de mil besos; las únicas del barrio que ofrecían cierta limpieza. Ya volvería otra vez, para ver a la abuela.
Supongamos que tal cual sistema filosófico, ora las mónadas y la armonía preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes á la verdad y hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos maravillosa poesía, así porque contienen parte de la verdad en medio de sus extravíos, como porque es tan poética y tan hermosa la verdad, que vierte torrentes de poesía y de hermosura sobre quien por las vías más encumbradas la busca aunque no la halle.
Acordándose entonces del último diálogo que tuvo con su sobrina cuando ella le mandó llamar después de ver a don Juan en la Moncloa, el estanquero pensó: «El grandísimo pillo me busca; tenía razón la chica; pues sí que iré, y veremos por dónde respira. ¡Canalla...! ¡A ese sí que no le faltará dinero para tener queridas!» <tb> Son las once Y media de la mañana.
Cuya providencia, entendida por algunos de los que se hallaban presentes, que observaron tambien las demostraciones cristianas que practicaron algunos individuos del ejército, produjo el efecto de que pasasen en busca de sus parientes y amigos, y los persuadiesen á que se presentasen sumisos, como efectivamente lo consiguieron; y en breve tiempo se vieron venir en cuadrillas, ansiosos á porfia de prestar la obediencia al Rey, jurando ser en adelante sus fieles vasallos.
Tan enfermo, que esta mañana, después de haber hecho testamento, me llamó y me dijo: Juan, es necesario que te vayas á Madrid en busca de tu tío Francisco, yo me muero; es necesario que antes de que yo muera reciba mi hermano esta carta, que he escrito con mucho trabajo esta noche. Y sacó de debajo de la almohada esta carta cerrada y sellada que me entregó.
Usted vino en su busca temiendo que la catástrofe hubiera ocurrido ya, y llegó demasiado tarde para impedirla. ¿No es verdad?
Cuando lo supe lancé un grito de indignación, y corrí en busca suya queriendo oírlo todo de sus labios. »¿Quiere usted excitar de nuevo la cólera del señor Duque, que, gracias al Cielo, ha pasado ya? dijo Carlos, sonriendo con tristeza. » Carlos le dije: ¿qué podré hacer para recompensarle el servicio que acaba de hacerme? »¡Usted, señora! ¡No estoy suficientemente recompensado!...
Dulce nostalgia; anhelo de algo sublime; grato sentimiento de muerte, que alivia, consuela, y eleva las almas hacia la bóveda celeste, ya entenebrecida y salpicada de luceros. El sueño de aquellos días de largo destierro, la ilusión de aquellas tardes invernales, era una realidad. Estaba yo en Villaverde. ¿Adónde iría yo? ¿En busca de los amigos de mis primeros años?
Nuestras miradas se dirigian codiciosamente hácia adelante, buscando á Paris, como el peregrino que llega á Sion al declinar la tarde, busca con los ojos desencajados los torreones de Jerusalen. ¡Cómo nos latia el corazon! ¡Paris! ¡Ya vamos á llegar á Paris! Esta parte poética de los viajeros, es sin disputa una de las emociones más bellas de la vida.
Palabra del Dia
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