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Actualizado: 14 de junio de 2025


¡Jesús, cuántas cosas sabe Isidorito de las pobres mujeres! exclamó la señorita de Mory en tono entre irritado y burlón.

Oiga usted, general; repórtese usted y no me insulte. Piense usted lo que se le antoje. Lo que yo pienso y sostengo es que quiero y requiero a Narcisito, aunque ya , no diré si con gusto o con rabia, que es sobrino de usted, y que es casi tan insolente como usted, tan burlón y tan desalmado. Usted me ofende de palabra, porque está lejos de .

Es tarde... Acaso estoy soñando ya. Debo irme a acostar... Mañana desaparecerá la alucinación. Efectivamente, era ya entrada la noche, pues en una habitación vecina el reloj dio la una. Hizo entonces el joven un esfuerzo para levantarse, aunque sin conseguirlo, saludando al retrato, entre burlón y respetuoso: De todos modos, don Fernando, os agradezco en el fondo de mi alma vuestra bendición.

El rudo marinero del Finisterre, el campesino de los departamentos centrales, el obrero burlón de la ciudad, el marroquí sombrío, el negro pueril, veían abrirse ante su pensamiento bellezas desconocidas, paisajes no sospechados. La señorita blanca era la poesía, la delicada sensualidad de vivir que llegaba hasta ellos.

Ya pensarían los dos lo que debía hacerse cuando llegase el momento. Quedaron en un silencio doloroso. Ella parecía ofendida de que se le quisiera obligar á violentas resoluciones: él pensaba de nuevo en el doctor, en aquella guitarra trovadoresca de que le había hablado el burlón Aresti al describir su vehemencia amorosa. Realmente, eran de razas distintas; sentían las pasiones de diverso modo.

El contraste que hacían los dos tipos me interesaba, porque en cierto modo me daba la clave del carácter francés en ambos sexos. El Francés, sumamente elástico por temperamento, aunque conserva en todas parles su espíritu burlón y mucho de su jovialidad superficial y sus rasgos distintivos, se acomoda fácilmente á todas las situaciones.

Era la timidez europea que resucitaba. «Yo he estado allá, y lo que es aquello decía el compañero viejo . Nada de miedo; esta vez, con mi experiencia, estoy seguro del éxito...» Y Maltrana, burlón y escéptico, que iba a América sin saber ciertamente para qué, se había sentido de pronto arrebatado, lo mismo que los otros, por este huracán de optimismo.

El bachiller se ofreció de escribir las cartas a Teresa de la respuesta, pero ella no quiso que el bachiller se metiese en sus cosas, que le tenía por algo burlón; y así, dio un bollo y dos huevos a un monacillo que sabía escribir, el cual le escribió dos cartas, una para su marido y otra para la duquesa, notadas de su mismo caletre, que no son las peores que en esta grande historia se ponen, como se verá adelante.

Llegada la órden de replegarse, el oficial se reune á su cuerpo, habiendo perdido en el puesto fatal á casi todos sus soldados. Ya le teníamos á V. por muerto, le dice chanceándose uno de sus amigos; no se habrá V. olvidado del parapeto. El oficial se cree ultrajado, pide con calor una satisfaccion, y á las pocas horas el burlon imprudente ha dejado de existir.

Pero a Su Eminencia se le va más abajo, y le hace rabiar como un condenado. Lo que dice tía Tomasa: los médicos le arreglan, y él se encarga de enfermar otra vez con ese vinillo de gloria. El Tato, en medio de su cinismo burlón, mostraba cierto afecto por el prelado. No crea usted, tío, que es un cualquiera; dejando aparte su mal genio, resulta todo un hombre.

Palabra del Dia

rigoleto

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