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Actualizado: 13 de junio de 2025
La enérgica voz del capitán Perdomo, volvióse á oir: Un pelotón por el flanco izquierdo dijo La vanguardia que avance rápida por el centro. Teniente Ortega, lleve el resto de la columna sobre aquella loma, y picando con sus espuelas los hijares de su brioso caballo, éste se puso en carrera veloz sobre el campo enemigo, seguido de un grupo de valerosos soldados.
En la última ocasión de aquéllas, volviendo a casa los dos, yo rendido y descuajaringado, y él tan fresco y tan brioso como si no hubiera salido del lugar, díjome que todo lo visto por mí hasta entonces era como no ver nada y que había que ver algo de lo que me tenía prometido.
Porque las dos, aunque su mamá, por no entristecerlas, las ocultaba el estado de la casa, tenían pleno conocimiento de los apuros de la familia y estaban seguras de la imposibilidad de reemplazar el viejo pero brioso caballo por otro que valiese tanto como él. Después de comer, la madre y las hijas sentáronse en el salón, y allí permanecieron más de una hora, silenciosas, hurañas y malhumoradas.
Quitó los rayos de la faz divina, Mostróse en calzas y en jubon vistoso, Porque dar gusto á todos determina. Seguiale detras un numeroso Esquadron de doncellas bailadoras, Aunque pequeñas, de ademan brioso. Supe poco despues, que estas señoras, Sanas las mas, las menos mal paradas. Las del tiempo y del sol eran las horas.
No te comprendo interrumpió doña Manolita . Ya no eres tan criatura que no sepas lo que es amor, ni atines a descubrirle en tu pecho. ¿No es brioso, bello, valiente, pulcro y discretísimo D. Jaime? ¿No es libre? ¿No te ama? ¿No te da pruebas de amor, decidido, como está y como me ha dicho, a casarse contigo? ¿No es un caballero bien nacido y honrado?
Pero el castellano irritado se apresta brioso á castigar el infame perjurio de Ben-Ganyah; muchos príncipes de la cristiandad, muchos condes y señores se le agrupan en torno: sus huestes cubren la campiña; el fragor de sus armas atruena la vecina sierra. El musulman por su parte llama en su auxilio á los fanáticos y furibundos Almohades. Capítulo cuarto. Panorama de Córdoba en su estado actual.
El son vibrante de los metales añadía intensidad al canto, que, elevándose amplio y nutrido hasta la bóveda, bajaba después a extenderse, contenido, pero brioso, por la nave y el crucero, para cesar, de repente, al alzarse la hostia; cuando esto sucedió, la marcha real, poderosa y magnífica, brotó de los marciales instrumentos, sin que a intervalos dejase de escucharse en el altar el misterioso repiqueteo de la campanilla del acólito.
Contra esto nada puedes tú; nada pueden tus iguales. Hay, a pesar de todo, en la efusión de las potencias del alma, algo de corporal que está sujeto al hado. Esto es lo que he perdido en Asclepigenia. La fatalidad me lo roba. El libre albedrío de ella no ha sido bastante brioso para defenderlo con heroicidad.
Cuando lo sublime corre sin freno, suele tropezar en lo ridículo y caer en la caricatura. ¿Qué no puede, sin embargo, el brioso ingenio nativo, aunque se lance y se despeñe por los más extraviados vericuetos? Barroca, caricaturesca es la oda titulada El monstruo.
No, una de sus tretas. Ahí lo tienes otra vez, más brioso que nunca, ¡Qué espada! El jefe pirata retrocede, cae, atravesado de parte á parte. ¡Viva, viva! Los otros huyen, se rinden. Allá va Simón. ¡Por vida de! Ya arría la bandera de la cruz roja, ya iza la de Morel, las cinco rosas.... ¡Viva!
Palabra del Dia
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