Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 13 de junio de 2025


También ahora tiene los ojos abiertos sobre la cabeza gentil de Carmen; pero la niña no juega ni borda en el salón; está en el jardín, hundiendo distraídamente la contera de su sombrilla en las hojas secas amontonadas por los senderos. El ábrego ha saltado brioso al amanecer, y ha despojado a los árboles de sus últimas galas, ya mustias.

Déjela usted que se repose. No me la inquiete. Seamos buenos amigos, mejores amigos que nunca; pero nada más. Hoy menos que nunca puedo yo resignarme a no ser más que buen amigo de usted. Esa necesidad de reposo que usted me dice que siente me parece fingida. Cuando el cuerpo, que es mortal, está brioso y floreciente ¿cómo quiere usted que crea yo que el alma está fatigada?

¿Qué reglas deberá tener presentes? Las que se han señalado mas arriba para todo pensador. El entrar en pormenores seria inútil y tal vez imposible; que el empeño de trazar al genio una marcha fija, es no ménos temerario que el de sujetar las expresiones de animada fisonomía al mezquino círculo de compasados gestos. Cuando le veis abalanzarse brioso á su gigantesca carrera, no le dirijais palabras insulsas, ni consejos estériles, ni reglas que no ha de observar; decidle tan solo: «Imágen de la divinidad, marcha á cumplir los destinos que te ha señalado el Criador; no te olvides de tu principio y de tu fin; levantas el vuelo y no sabes adónde vas: alza los ojos al cielo, y pregúntaselo á tu Hacedor.

Mutatis mutandis, todo le parece lo mismo: la mujer del alcalde es igual a una emperatriz o reina, la del escribano equivale a la duquesa más en moda en Madrid, y el majo Fulanito se le antoja más brioso, y gallardo, buen jinete, seductor, afable y ameno, que el más perfecto dandy de cuantos ha conocido.

Este nieto es ya un joven gallardo y brioso, que se parece mucho á Zoe, á Febe y á su abuela Pérsida, y que está representado lindamente por la señora Estela Hohenfels, la cual se luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel distinto.

Encontró ladrones; pero no ladrones de buen tono, no ladrones fashionables como José María, que parecía una ascua de oro, montado en su brioso alazán. Eran ladrones de poco más o menos: pedestres, comunes y vulgares. Ya sabéis lo que es ser vulgar en Inglaterra. No hay apestado, no hay leproso que inspire a un inglés tanto horror como lo que es vulgar. ¡Vulgar!

Los dos habían sido muy buenos amigos. El cochero celebraba sus picardías de animal viejo y brioso; tenía orgullo en decir que era muy bravo y sólo por él se dejaba manejar, y ahora estaba allí tendido de costado sobre el estiércol, inmóvil como carne muerta, agitando alguna vez con ronco estertor el redondo pecho y levantando un poco la cabeza para lanzar en torno suyo la mortecina y lacrimosa mirada.

Quien introduce en su estómago diariamente un par de libras de borona no es posible que tenga la imaginación despierta y el corazón brioso. Procuremos todos en la medida de nuestras fuerzas que pronto desaparezca de aquí ó al menos que se relegue á su verdadero destino, para alimento de las bestias, que pronto se sustituya por el blanco pan del trigo.

Hubo una larga pausa. Los ojos casi sin vista de Fray Miguel se fijaron intensamente en el Padre Ambrosio, como si fuese el alma sin el intermedio del material aparato quien por ellos mirase y viese. A pesar de su poder mágico, y a pesar de su ánimo brioso, bajó los ojos el padre no pudiendo resistir la intensidad y el fuego de aquella mirada. El Padre, con todo, estaba sereno y tranquilo.

Pero tal situación no tenía fundamento alguno en la realidad. Velázquez lo sentía allá en el fondo de su alma: sabía que todo era comedia, que su poder era una sombra, que, aunque invisible, Soledad le tenía puesto el pie en el cuello. Esta idea hacía botar su orgullo como un corcel brioso á quien le clavan las espuelas.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando