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Pues procuremos ver. Y se encaminó recatada y silenciosamente á la puerta de las Meninas, y con el mismo recato miró al interior. Bajo un farol turbio estaba parado Juan Montiño. ¿Conque le esperan? ¿conque le han citado? ¿quién será ella? dijo Quevedo. Pasó algún tiempo; Juan Montiño esperando, y don Francisco observándole.

No me atrevo ya, dixo el enano, á creer ni á negar cosa ninguna; procuremos examinar estos insectos, y discurrirémos luego. ¡Que me place! respondió Micromegas; y sacando unas tixeras, se cortó las uñas, y con lo que cortó de la uña de su dedo pulgar hizo al punto una especie de bocina grande, como un embudo inmenso, y puso el cañon al oido: la circunferencia del embudo cogia el navío y toda su tripulacion, y la mas débil voz se introducia en las fibras circulares de la uña, de suerte que, merced de su industria, el filósofo de allá arriba oyó perfectamente el zumbido de nuestros insectos de acá abaxo, y en pocas horas logró distinguir las palabras, y entender al cabo el francés.

Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos conservar, aun á costa de los mayores sacrificios, una isla que nos pertenece, y donde nadie ó pocos se sublevarían si desde los Estados Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es nuestra propiedad legítima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeño en conservarla.

Sólo se habla de él cuando de ella se habla, llamándola, la mujer de Putifar, por donde él es sólo mencionado como marido. Escarmentemos pues en cabeza ajena y procuremos que nada semejante nos ocurra. Este y otros razonamientos por el mismo estilo tenía a Morsamor sobre ascuas.

Mas para esto hemos de convenir en que se necesitan dos cosas muy importantes: que tengamos confianza unos en otros, y que procuremos merecerla.

Llegaba, y ella venía en el acto hacia él con las manos tendidas, la sonrisa en los labios y el corazón en los ojos. Todo en ella decía: «¡Procuremos amarnos, y si podemos, amémonosEl miedo lo embargaba. Apenas se atrevía a tocar aquellas dos manos que iban al encuentro de las suyas. Trataba de evitar aquella mirada que cariñosa y risueña, inquieta y curiosa, buscaba la suya.

El presupuesto de nuestro país es un grande empréstito, perpetuamente abierto. El francés dice: ¡Atesoremos, atesoremos! Una de estas mañanas estallará una revolución que hará caer el cinco por ciento a cincuenta o sesenta francos, y entonces compraré. Puesto que las revoluciones son inevitables, procuremos al menos sacar algún provecho de ellas.

Su pérdida no podría menos de dolernos, como duele á cualquiera que le saquen una muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aquí que tratemos de empastarla ó de orificarla, y procuremos resistir á los sacamuelas de los Estados Unidos, que desean su extracción y tienen ya preparado el gatillo. Pero vamos á la estadística del Sr. Merchán.

Cubríos antes con vuestro manto; de seguro el bufón del rey ha vuelto á su aposento, no os ha encontrado, y os anda buscando como un tigre; procuremos, pues, que no nos encuentre, y aprovechemos esta hora en que aún no se ve bien claro. Vamos, , vamos; tengo impaciencia por vengarme.

Es necesario, pues, que procuremos evitar á todo trance que vuelvan á las andadas. Hecho esto, hay que pensar en la posibilidad de que, no obstante las medidas preventivas que se adopten, puedan los racistas realizar una nueva intentona.