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Actualizado: 19 de septiembre de 2025


De esta manera, y con la convocacion de un Congreso en Bogotá para el 2 de Enero de 1830, el cual vendria investido con el carácter de Constituyente, cerraba sus puertas el año 1828, año lleno de malestar por la efervescencia de los partidos en que estaba dividida la opinion pública del pais, tanto mas temible cuanto que se alzaba en el corazon de hombres vigorosos y avezados á los azares de la guerra.

Comulgado y confesado habían antes de dejar el puerto de Messina todos los que en la armada iban, como si todos hubieran tenido por cierta la muerte en aquella empresa; tan temerosa se aparejaba; que se sabía que el generalísimo turco, Alí-Bajá, comandaba un espantable número de naves, que de cuatrocientas entre grandes y chicas pasaban, y en ellas venían más de ciento veinte mil hombres, turcos, egipcios, africanos; todos feroces, todos corsarios, duros y cruentos, avezados al carnaje y a la matanza, y, como tigres, carniceros.

Las señoras ahogaron un grito y quedaron mudas y pálidas. Las paredes del agujero eran sombrías, desiguales y destilaban agua. En cada departamento de la jaula un minero sujetaba, con su mano trémula de modorro, una lámpara. Todos, menos el director y los mineros avezados a subir y bajar, sentían cierta ansiedad en el estómago.

Porque no siempre ocurria implorar proteccion de la autoridad y de la fuerza contra los escesos y desmanes: esto era á veces lo mas sencillo: padecian, por ejemplo, la Iglesia y el estado eclesiástico vejaciones y gravámenes de los ministros reales y hombres poderosos, porque tomaban violentamente las rentas de los obispados vacantes y quitaban á los cabildos la libertad en las elecciones de obispos y beneficiados, imponian tal vez pechos y nuevas cargas á los prelados, cabildos, abades y clero, contra la inmunidad que debian gozar por reales privilegios: y todo se remediaba quejándose al rey y pidiéndole la correccion de los escesos cometidos . Pero ¿cómo corregir la aspereza de las costumbres? ¿cómo refrenar los fogosos arranques del puntilloso honor ofendido, en los mismos individuos del estado eclesiástico, que, avezados á esgrimir el acero en el campo de batalla, hacian como el Cid campaña la Iglesia al mas ligero viso de desprecio ó de insulto?

Yo respondía con pocas palabras, pero mostrando gran amabilidad y una estudiada modestia, que debía de realzarme mucho. Afectaba hablar de todo menos de la solemnidad que iba a efectuarse, porque los hombres verdaderamente superiores y avezados al aplauso del público miran la exhibición como un acto natural y corriente. En fin, me estaba dando un tono horroroso.

Eso será entre vosotros me contestó con su aire chancero de costumbre , avezados a vivir entre cristales; ¡pero entre los montunos de por acá!... ¡Pobre de tu tío Celso el día en que no pueda desayunarse con una tripada de esa gracia de Dios! Pero, vamos a ver, ¿y ? ¿te has desayunado ya con algo más de tu gusto? Porque no falta de ello en casa, como te dije anoche.

No está fundado el libro, que hoy tengo el honor de ofrecer al público, sobre hechos usuales y corrientes, ni se narran en él sucesos que estemos avezados a presenciar todos los días. Tal vez por ello se le acuse de falso o inverosímil y se le juzgue como un producto de la fantasía lejano de toda realidad.

De aquí la rareza entonces de la verdadera mujer y el mágico y portentoso efecto que producía en el alma de guerreros bárbaros y briosos, avezados a ver hembras solamente.

En 1810 Buenos Aires pulula de revolucionarios avezados en todas las doctrinas antiespañolas, francesas, europeas. ¿Qué movimiento de ascensión se ha estado operando en la ribera occidental del Río de la Plata? La España colonizadora no era ni comerciante ni navegante; el Río de la Plata era para ella poca cosa; la España oficial miró con desdén una playa y un río.

En Alemania, en Italia, en Portugal, en América, buscaron la resolución del problema eruditos marinos y avezados arqueólogos ; aquí la proseguían los mencionados señores Fernández Duro y Monleón, descubriendo el primero nuevos y curiosos documentos ocultos en los archivos; interpretando el segundo con el lápiz las fórmulas dudosas, y sometiendo á pública decisión los resultados en la Revista general de Marina .

Palabra del Dia

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